Brasil confía en que mantendrá su calificación

La agencia calificadora S&P colocó la nota de Brasil en perspectiva negativa; el Gobierno confió en que sus iniciativas aumentarán la productividad e impulsarán la economía.
dilma rousseff petrobras

El Gobierno de Brasil confía que la agencia Standard and Poor’s (S&P) no rebajará la nota de su deuda al grado especulativo, luego de que redujera este martes la perspectiva de su evolución a largo plazo a "negativa".

"El esfuerzo fiscal es esencial para equilibrar la economía brasileña (...) y junto con iniciativas microeconómicas, aumentar la productividad del país creando condiciones para retomar el crecimiento", indicó el ministerio de Hacienda en un comunicado.

El anuncio de S&P significa que la deuda de la primera economía de América Latina podría caer a la categoría "especulativa" en el mediano plazo si su nota finalmente es rebajada del actual “BBB-“, último grado de inversión.

El Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff lucha para terminar de pasar por el Congreso 

que incluye el recorte de miles de millones de dólares en el presupuesto y medidas para reducir gastos en pensiones.

La semana pasada, el gobierno redujo además su meta de ahorro fiscal para este año a 0.15% del PIB desde un anterior 1.1%, una medida que fue mal vista por los mercados que la interpretan como una señal de que el deterioro de la economía brasileña es más profundo de lo que se estimaba.

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podría "tomar más tiempo de lo previsto", dijo S&P, destacando que las medidas de austeridad aprobadas recientemente fueron "un giro político importante durante el segundo mandato" de Rousseff.

El ministro de Planificación, Nelson Barbosa, confía no obstante en que la calificadora va a "mantener la evaluación de riesgo de Brasil en una situación favorable" con las medidas que se están tomando, según un comunicado de su despacho.

Brasil recorre su quinto año de crecimiento económico magro o nulo y el gobierno espera una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) de 1,49%, según una cifra revisada la semana pasada.

 con ramificaciones políticas sacude al sistema institucional brasileño y ha minado la popularidad de Rousseff, desplomada en 7.7%.