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Una opción para que la Fed incremente su tasa

A la Reserva Federal de Estados Unidos le conviene elevar su tasa gradualmente, dice Eduardo Garza; esa decisión le ayudaría a calmar a los mercados.
mar 15 septiembre 2015 06:00 AM
La presidenta de la Fed, Janet Yellen, dijo en mayo que las tasas subirán en algún momento de este año. (Foto: Reuters )
janet yellen junio

La ventana para que la Reserva Federal inicie el incremento de su tasa de interés el próximo 17 de septiembre , estaba muy abierta hasta principios de agosto. En aquel entonces, la probabilidad de que el Banco Central subiera la tasa en dicha fecha estaba entre 55 y 60%, pero a partir de que China devaluó su moneda (el yuan) el 11 de agosto, el mundo comenzó a vivir una volatilidad excesiva no solo en los mercados accionarios mundiales sino también en los precios de los commodities (recursos naturales como el petróleo) y en las divisas mundiales, lo que ha ocasionado que dicha ventana se haya cerrado significativamente.

Es difícil saber si la crisis económica en China apenas empieza o si podrá ser controlada o no. La deceleración china es palpable en varias instancias y conlleva riesgos de una factible desaceleración mundial que eventualmente pueda derivar en otra gran crisis económica. Esto no solo por el hecho de que China sea la segunda economía mundial, sino porque es uno de los dos principales compradores de commodities en el mundo junto con Estados Unidos, razón por la cual su desaceleración repercute en muchas economías.

La incertidumbre económica mundial que genera China ha provocado dudas respecto a si Estados Unidos puede mantener el vigor necesario para no desacelerarse también, más aun si la Reserva Federal llega a incrementar su tasa. El 70% de la economía estadounidense depende de su consumo interno y si bien China es uno de los principales socios comerciales que tiene Estados Unidos, normalmente la Fed se fija más en su entorno interno que en el externo.

Las últimas cifras en Estados Unidos no fueron espectaculares pero tampoco malas. Se revisaron al alza las cifras de empleo de los dos meses anteriores y la tasa de desocupación llegó al 5.1%, un nivel no visto desde hace más de siete años. Con todo y que las manufacturas se han desacelerado, el sector servicios (que explica el 90% de su economía) estuvo cerca del máximo nivel alcanzado en julio, su mejor nivel desde hace 10 años.

Estados Unidos creció 2.4% en 2014, pero en el segundo semestre de ese año creció a más del 3.5% anual y en el primer semestre de este 2015 su PIB superó el 3% anual.

La Reserva Federal estaba más que lista para iniciar su alza de tasa en septiembre , pues ello les conviene. Si bien hoy no existen presiones inflacionarias, estas pueden surgir más rápido de lo que uno puede imaginarse, como le sucedió en su pasado ciclo de alza de tasa (entre junio de 2004 y junio de 2006) cuando por dicho tipo de presiones tuvieron que elevar su tasa del 1% al 5.25% en solo dos años, lo que finalmente interrumpió su expansión económica en aquel periodo.

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A la Fed le conviene elevar su tasa gradualmente para que ellos mismos administren el crecimiento y así retrasen el surgimiento inevitable de la inflación, variable que se acelera conforme cualquier economía crece más allá de ciertos niveles. La Reserva Federal buscará que la inflación no les “gane la partida”, al no crecer tanto ni tan rápido, como para aplicar el freno (incrementando su tasa de interés) a un ritmo más elevado y / o antes de lo deseado.

En los últimos meses la Reserva Federal ha comunicado  repetidamente que tiene la intención de comenzar el incremento de su tasa este mismo año. Aunque no debieran de ignorar los riesgos de desaceleración mundial ocasionados por China, tampoco deberían de decepcionar a los mercados respecto a su intención.

Por ello, la Reserva Federal pudiera innovar e incrementar su tasa solo un 0.10% ó un 0.15% (en vez del 0.25% que esperan los especialistas) para así lograr:

-Quitar incertidumbre al comienzo del alza de su tasa, cuestión que ha encarecido al dólar en el proceso.

-Incrementar su tasa menos de lo esperado, lo cual reafirmaría tajantemente que el incremento será gradual y lento, como también lo han comunicado. Con ello el dólar se desinflaría significativamente, cuestión que le conviene a Estados Unidos y al mundo, pues sería un efecto tranquilizador para los ya de por si volátiles mercados.

-En diciembre podrían subir su tasa -el complemento-, tal de que en este año la suban 0.25% y más adelante en 2016, la sigan incrementando en múltiplos de 0.25% como lo han hecho toda su historia.

Para quien escribe, lo anterior representaría una jugada magistral en los difíciles tiempos que se viven en estos momentos inéditos. Veamos qué sucede.

*Eduardo Garza Castillón es Vicepresidente del Comité Técnico Nacional de Tesorería del IMEF

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