Estancamiento salarial de EU rompe con teoría económica
Los estadounidenses quieren salarios más altos.
Los pagos no se han movido en años. Es un problema que va mucho más allá de aquellos que ganan el salario mínimo y luchan por un ingreso de 15 dólares por hora.
La clase media está estancada también. Los ingresos de los hogares estadounidenses están por debajo de los 54,000 dólares. Apenas han registrado cambios desde sus niveles de hace 20 años.
En los últimos años, muchos economistas y la Reserva Federal han dicho: ¡No se preocupen! Los aumentos salariales vendrán junto con una mejor economía.
“La economía se ha estado desempeñando bien. Y esperamos que siga haciéndolo”, dijo la presidenta de la Fed, Janet Yellen, la principal responsable de las políticas económicas de Estados Unidos, el jueves.
Pero los ciudadanos promedio de Estados Unidos difícilmente pueden extraer alivio de una mejora económica que no ha llegado a sus bolsillos.
“La Fed siempre ha sido optimista sobre los salarios y la inflación; aún seguimos esperando ansiosamente ambas cosas”, tuiteó Diane Swonk, economista en jefe de Mesirow Financial.
Algunas personas incluso protestaron afuera de la reunión de la Fed la semana pasada con carteles que decían: “¡Buenos empleos ahora!”.
Las perspectivas optimistas de los gurús económicos se derivan de una teoría económica conocida como la Curva de Phillips, que indica que más puestos de trabajo conducen a mejores salarios y mayor inflación.
Hay mucha matemática detrás de ella, pero la idea básica de la Curva de Phillips es que, a medida que el desempleo disminuye, hay menos personas buscando trabajo. Eso obliga a las empresas a pagar más para mantener a los empleados actuales o para contratar a más. Posteriormente, la inflación comienza a aumentar a medida que las empresas son capaces de subir los precios porque la gente tiene empleos y más dinero para gastar.
El desempleo alcanzó el 10% en octubre de 2010, su peor nivel en un cuarto de siglo. Ahora es de 5.1%. Muchos expertos dicen que una vez que el desempleo caiga a 5.5% —como sucedió en febrero—, los salarios repuntarán en cuestión de meses.
Pero el actual ciclo económico parece haber roto con esa teoría, a pesar de que algunos economistas y la Fed no quieren reconocerlo.
“Parece que simplemente (la Fed) no puede dejarlo ir. Son incapaces de pensar fuera de esa curva”, dice el economista Ed Yardeni, de Yardeni Research.
En la economía global de hoy, las empresas pueden encontrar trabajadores más baratos en el extranjero y los baby boomers no pueden exigir salarios más altos, como lo hacían antes, explica Michael Block, estratega en jefe de Rhino Trading.
“Los modelos económicos no funcionan en el vacío, como estos chicos (de la Fed) asumen”, dice Block.
Ha sido una lenta recuperación. Algunas personas han podido obtener mejores salarios al cambiar de empleo, aunque estos a menudo son trabajadores más calificados.
Pero podríamos estar en una especie de “nueva normalidad”, donde los salarios y la inflación no repuntan.
Esa es una perspectiva mucho más aterradora, tanto para el ciudadano común, como para Wall Street y la Reserva Federal. Contribuye a una creciente sensación de inquietud que los estadounidenses tienen acerca de su futuro y dificulta el establecimiento de la política económica.
Por ahora, los trabajadores están relativamente bien porque la inflación es básicamente inexistente. Los precios subieron apenas 0.2% en el último año (la meta de inflación de la Fed es del 2%). Los modestos aumentos salariales de los estadounidenses no están siendo “consumidos” por tener que pagar más por la gasolina, los comestibles y la renta.
“Yo desafío la noción de que es bueno que la inflación vaya subiendo. Mucha inflación significa inflación de los alquileres. ¿Por qué sería eso bueno para los consumidores?”, pregunta el economista Yardeni.
La inflación es baja debido a que los precios del petróleo se han desplomado en el último año desde más de 100 dólares por barril a menos de 50 dólares actualmente. Los costos de salud también se han moderado un poco, y la fortaleza del dólar estadounidense abarata las importaciones.
Pero el resultado final es que los estadounidenses todavía están a la espera de mejores salarios; y los inversores siguen desconcertados por la forma en que la Fed determinará la política económica si los salarios y la inflación no mejoran.