5 temores europeos a un pacto comercial con Estados Unidos
Se supone que una prevista zona de libre comercio que abarcará a Europa y Estados Unidos hará a todos más ricos y creará muchos puestos de trabajo. ¿Entonces por qué está resultando tan impopular?
El Acuerdo Transatlántico de Inversiones y Comercio (TTIP, por su siglas en inglés), cubriría más de la mitad de la producción económica del mundo y a 800 millones de personas.
Las conversaciones se iniciaron en junio de 2013, y se reanudaron esta semana en Miami. Tras llegar a un acuerdo con 11 países sobre una zona de libre comercio en el Pacífico, el presidente estadounidense Barack Obama quiere concluir las negociaciones con Europa antes de que termine su mandato.
Los partidarios dicen que el acuerdo facilitará el comercio entre los dos mayores bloques económicos del mundo y creará más de un millón de empleos. La Comisión Europea dice que tendría un valor de 545 euros (620 dólares) por cada ciudadano europeo cada año.
Sin embargo, casi 3.5 millones de europeos ya han firmado una petición en contra del acuerdo, y cientos de miles marcharon en Berlín el domingo para expresar sus objeciones.
He aquí por qué la gente lo odia:
1. La confidencialidad
Los opositores están furiosos a causa de que las conversaciones se realizan en secreto. El proyecto de acuerdo se ha mantenido confidencial; lo cual en sí mismo no es inusual en acuerdos comerciales grandes.
Ambas partes dicen que están siendo lo más transparente posible, pero los activistas sostienen que si el anteproyecto no se hace público, tienen pocas posibilidades de influir en el resultado final. Están enojados porque a algunas grandes empresas se les están dando más detalles y así tienen la oportunidad de moldear el acuerdo según sus necesidades.
Wikileaks ha ofrecido una recompensa de 100,000 euros (114,000 dólares) por documentos sobre el TTIP.
2. Más poder para los negocios
Los sindicatos europeos y grupos de presión sostienen que el acuerdo dará demasiado poder a las grandes corporaciones estadounidenses.
El TTIP podría facilitar que las empresas demanden a los gobiernos por leyes que afirman que perjudican a su negocio. Los críticos dicen que esto podría desatar una ola de ataques contra las protecciones ambientales y de salud pública, y permitir que las empresas eludan los sistemas judiciales tradicionales.
Temen que tribunales de arbitraje con prácticas confidenciales superen la autoridad de los gobiernos electos, y citan como ejemplos la demanda de Philip Morris contra Australia por las leyes del empaquetado genérico de los cigarrillos, y la acción de la energética sueca Vattenfall contra Alemania por su decisión de abandonar gradualmente la energía nuclear.
Europa dice que no quiere que el acuerdo incluya estos poderes, y está presionando por una reforma del sistema de tribunal internacional existente, pero no está claro en este momento si Estados Unidos cederá en ese punto.
3. Sector público
Los europeos adoran sus servicios públicos, como salud, educación y transporte.
Están preocupados de que abrir esos sectores a empresas de Estados Unidos podría conducir a una mayor privatización. La Comisión Europea dice que estos sectores no serán incluidos en el acuerdo, pero las filtraciones de las negociaciones sugieren que Estados Unidos está presionando por acceso.
4. Salud y seguridad
El acuerdo tiene por objeto eliminar las barreras comerciales y hacer que las regulaciones en ambos lados del Atlántico sean más compatibles. Pero muchos en Europa temen que puedan conducir a un debilitamiento de las regulaciones existentes en Europa en materia de seguridad alimentaria y protección del medio ambiente, que suelen ser mucho más estrictas que en Estados Unidos
Los activistas afirman que el TTIP podría diluir las estrictas reglas de Europa sobre los pesticidas y los alimentos genéticamente modificados, y revertir la prohibición de algunos productos químicos en los cosméticos.
5. Los empleos podrían ser trasladados
Los sindicatos dicen que el acuerdo podría provocar la pérdida de empleos en Europa, debido a que las empresas podrían sentirse tentadas a mudar trabajo a Estados Unidos debido a sus leyes laborales más relajadas. Una mayor competencia también podría conducir a la pérdida de empleos en algunos sectores.
Los funcionarios europeos argumentan que más comercio significa más empleos, aunque algunos puestos se muevan de una industria a otra.