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China cambia política de hijo único, ¿solución económica?

Expertos dudan que la nueva medida ayude a elevar la fuerza de trabajo de manera contundente; dicen que los ingresos más altos y los niveles educativos influyen en la decisión de tener hijos.
vie 30 octubre 2015 06:07 AM
Las reformas son parte de los planes del Gobierno para cambiar los principales motores de crecimiento de la economía. (Foto: Getty Images)
china niños

China ha abolido su política del “hijo único”, al permitir a todas las parejas tener hasta dos hijos,  pero el cambio no ayudará a su tambaleante economía de manera inmediata.

Esto se debe a que tomaría décadas para que el auge en la natalidad aumente la fuerza de trabajo, y a que muchas parejas chinas podrían elegir —al igual que sus contrapartes occidentales— quedarse con un solo hijo.

La política de planificación familiar fue promulgada por primera vez en la década de 1970 para combatir el temor sobre si la economía china podría soportar una población en rápido crecimiento. En los últimos años, Pekín ha relajado las restricciones lentamente en respuesta a una reducción en la fuerza laboral; exacerbada por las bajas tasas de natalidad y por una población que envejece rápidamente.

La población en edad laboral de China, de entre 15 y 59 años de edad, podría caer en torno al 7% de 2010 a 2030, según las Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Al eliminar totalmente la política de un solo hijo, las autoridades probablemente están esperando que un impulso a la población pueda ayudar a la economía. China está registrando su peor crecimiento económico desde la crisis financiera, y la agitación del mercado de valores ha inquietado a los inversores.

Pero algunos expertos dicen que abandonar la política del hijo único ahora podría ser una medida demasiado limitada y que llega demasiado tarde.

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“Es poco probable que la abolición de la política del hijo único tenga un gran impacto a corto plazo sobre la economía”, dijo Chang Liu, de Capital Economics. “Esta medida está dirigida a cambios demográficos a más largo plazo en China”.

En primer lugar, tomará años antes de que los bebés nacidos como resultado del cambio de política tengan la edad suficiente para unirse a la fuerza laboral.

Y muchas parejas posiblemente no quieran tener más hijos y prefieran gastar su creciente riqueza en un mejor nivel de vida. Otras preocupaciones sobre el estilo de vida, como la fuerte contaminación y la incertidumbre política también podrían tener un efecto disuasorio a la opción de tener más hijos.

“Incluso en el largo plazo, el efecto de la medida podría ser mucho más pequeño de lo que algunos esperan. En general, las personas tienden a tener menos hijos a medida en que aumentan sus ingresos”, dijo Liu.

Casi el 50% de los residentes urbanos chinos no quieren más de un hijo, según una encuesta citada por Capital Economics.

Además, los sistemas hospitalarios y médicos de China no están equipados para manejar un auge en la natalidad.

Las salas de maternidad de Pekín ya tienen reservaciones agotadas hasta el primer semestre de 2016, como consecuencia de la relajación parcial de las políticas de planificación familiar a principios de 2014, de acuerdo con IHS Global Insight.

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