Pekín ha fijado un objetivo de crecimiento económico de 6.5% para los próximos cinco años, a medida que busca implementar reformas vitales.
El primer ministro Li Keqiang dijo el domingo que China tendrá que producir un crecimiento anual de al menos 6.5% para cumplir con el objetivo del gobierno de establecer una “sociedad modestamente próspera” para 2020.
Los comentarios de Li sugieren que la meta de crecimiento anual de Pekín tendrá una tendencia a la baja a medida que la actual década llega a su fin. El objetivo de crecimiento de Pekín para el 2015 es de 7%, ligeramente más veloz que la expansión de 6.9% en el tercer trimestre.
El crecimiento de 6.5% está muy lejos de los emocionantes días cuando China se expandía a una tasa de 10% de manera regular. Pero debería ser lo suficientemente fuerte como para mantener el desempleo bajo y mantener el orden social.
Los analistas han sabido desde hace mucho tiempo que el crecimiento de China se desaceleraría. Debía debilitarse, de hecho, a medida que Pekín realiza reformas para alejar al país de la dependencia a la construcción de carreteras, vías férreas y viviendas para generar crecimiento, y para acercarlo a una economía impulsada por las industrias de servicios y el gasto de consumo.
Eso está sucediendo ahora. Sin embargo, los economistas están preocupados por el lento ritmo de las reformas, así como por los riesgos sistémicos en los sectores del mercado inmobiliario y el sistema bancario ilegal.
En el corto plazo, los expertos dicen que es probable que el gobierno continúe con el estímulo gradual para apoyar a la economía y mantener esos riesgos a raya. El banco central ya recortó las tasas de interés un puñado de veces este año, e informó a los bancos que pueden prestar más.
Pekín todavía no ha publicado su meta oficial de crecimiento para 2016.