El papa y el presidente: relación que evolucionó en 37 años
El presidente Enrique Peña Nieto recibe este sábado en Palacio Nacional al papa Francisco, primer jefe del Vaticano que pisa este simbólico inmueble —sede histórica del poder en México—, en un acto que culmina las relaciones entre los mandatarios de ambos Estados.
Los tres últimos líderes de la Iglesia Católica —Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco— han realizado en los últimos 37 años en total siete visitas a México, donde han sido recibidos por seis presidentes de la República.
Estos encuentros ocurrieron en diversos contextos, desde la inexistencia de relaciones diplomáticas formales entre México y la Ciudad del Vaticano, hasta el beso del entonces presidente Vicente Fox al anillo papal de Juan Pablo II, reverencia que generó polémica sobre si era pertinente de parte del jefe de un Estado laico.
La dualidad de López Portillo ante Juan Pablo II
Ante la inexistencia de relaciones diplomáticas oficiales entre México y la Ciudad del Vaticano, el presidente José López Portillo recibió al papa Juan Pablo II en 1979 al bajar de su vuelo —en su primer viaje internacional, a tres meses de asumir el puesto—, pero se refirió a él como “visitante distinguido” y, tras el saludo, se retiró.
Pese a la distancia guardada, el presidente invitó al pontífice a la residencia oficial de Los Pinos, donde celebró una misa para la mamá de López Portillo. Éste fue un episodio más de las diferencias entre el mandatario federal y su secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles, quien finalmente renunció a mediados de ese año.
Con Salinas, nueva relación bilateral
El presidente Carlos Salinas recibió en dos ocasiones a Juan Pablo II, en 1990 y 1993, esta última —realizada en Yucatán—cuando México recientemente había restablecido relaciones diplomáticas con El Vaticano, luego de la reforma que otorgó personalidad jurídica a las iglesias.
Expertos consideran que esta reforma fue una oportunidad para que Salinas mejorara su imagen frente a la ciudadanía, luego de las elecciones de 1988 consideradas por la oposición como fraudulentas. El presidente, en tanto, señaló que su intención era modernizar la relación Iglesia-Estado.
El recibimiento oficial de Zedillo
El presidente Ernesto Zedillo ofreció la primera recepción oficial a un papa, tras la reforma del año pasado, con la visita de Estado que Juan Pablo II realizó en 1999 a la Ciudad de México.
El mandatario mexicano recibió al papa en el aeropuerto, luego en Los Pinos en su calidad de jefe de Estado, y lo despidió el 26 de enero.
El beso de Fox
Tres años antes de su muerte, Juan Pablo II regresó a México en 2003; al recibirlo en el aeropuerto, el presidente Vicente Fox se hincó frente a él y besó su anillo papal, lo cual fue considerado por críticos como un acto de sumisión que puso en entredicho la laicidad del Estado mexicano, realizado además en una visita pastoral, no de Estado.
El secretario de Gobernación, Santiago Creel, dijo que el presidente había uso de su libertad religiosa sin simulaciones.
Calderón y Benedicto XVI
El presidente Felipe Calderón se reunió en 2012 con el papa Benedicto XVI en Guanajuato, asistió a la misa que ofreció en Silao y lo despidió a su partida.
En su encuentro, los líderes hablaron sobre cambio climático, seguridad alimentaria, la lucha contra el hambre, los desastres naturales y el tráfico de armas, pero también de una reforma religiosa que estaba en curso legislativo. La modificación al artículo 24 de la Constitución fue criticada por supuestamente abrir la puerta a la educación religiosa en escuelas públicas.
El papa se refirió al tema en su discurso, al afirmar que la dignidad humana “se expresa de manera eminente en el derecho fundamental a la libertad religiosa', término del cual versa el citado artículo. El proceso legislativo siguió, y Calderón la promulgó el último día de su mandato, el 30 de noviembre.
