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¿Por qué Estados Unidos ha perdido empleos de manufactura ante México?

La mano de obra barata en México ha impulsado a firmas del país vecino a trasladar empleos desde hace décadas. Ahora el tema se ha encendido debido a propuestas electorales.
vie 01 abril 2016 06:03 AM
Estadounidenses en busca de empleo en una feria en Washington
Desempleo Estadounidenses en busca de empleo en una feria en Washington (Foto: © Gary Cameron / Reuters)

Es un hombre joven y talentoso persiguiendo el sueño americano: un auto, una casa y algún día una familia propia. Y acaba de conseguir un trabajo ideal como ingeniero para General Electric con un buen sueldo.

Excepto que este ingeniero no está en Estados Unidos. Está en México.

Carlos es un ingeniero de producción con educación universitaria que gana 1,500 dólares al mes trabajando en la línea de producción en una planta de GE en México.
El adora a GE y ve un futuro allí. Su sueldo equivale a cerca de 75 dólares al día.

“Realmente me gusta mi trabajo”, dijo Carlos a CNNMoney. “Tengo que seguir trabajando más duro y ahorrar dinero para poder llegar a una mejor posición”. (Carlos no es su verdadero nombre. Para proteger su trabajo, CNNMoney prefirió no revelar su nombre).

Las aspiraciones e impulso de Carlos podrían reflejar las de cualquier joven de 24 años estadounidense con habilidades similares. Sin embargo, su trabajo está en México, donde GE tiene 17 plantas de manufactura y 10,000 empleados.

Un ingeniero de producción típico que trabaja para GE en Estados Unidos gana casi 75,000 dólares al año, según un análisis de salarios compilado por Glassdoor.
Eso equivale a alrededor de 312 dólares al día... o cuatro veces más que el salario de Carlos.

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Esa diferencia salarial puede explicar fácilmente por qué tantos empleos de manufactura han salido de Estados Unidos. Desde el 2000, Estados Unidos ha perdido cerca de 5 millones de trabajos de manufactura.

Esto se ha convertido en un tema candente en las campañas rumbo a las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, a medida que Donald Trump promete a los enojados estadounidenses que “traerá de vuelta los empleos desde México”.

Carlos no está de acuerdo.

“De hecho, no creo que Donald Trump pueda robar los empleos de aquí y llevarlos a Estados Unidos”, dice Carlos, un gran aficionado al futbol y ávido televidente de ESPN. “Muchas plantas en Estados Unidos están llegando a México porque la mano de obra aquí es más barata”.

Los expertos concuerdan con Carlos: la manufactura ya ha atravesado el Rubicón —o en este caso, el Río Grande— y es difícil que esos trabajos regresen a Estados Unidos.
“Esta promesa de que podemos revertir todo con solo tronar los dedos es una sirena falsa”, dice el economista Charles Ballard, de la Universidad Estatal de Michigan.

Un experto, Robert Scott del Economy Policy Institute, estima que Estados Unidos perdió cerca de 800,000 puestos de trabajo ante México entre 1997 y 2013. Cita al TLCAN —Tratado de Libre Comercio de América del Norte, firmado en 1993— como el factor clave para la pérdida de empleos.

Antes del TLCAN, el gobierno de México imponía restricciones a las empresas extranjeras y al personal que podían contratar. El TLCAN anuló esas reglas y el déficit comercial de Estados Unidos con México se ha disparado; lo cual significa que Estados Unidos está importando muchos más productos mexicanos que los que exporta a ese país. Eso es bueno para los consumidores estadounidenses, pero malo para los empleados de manufactura.

“El acuerdo es un fracaso”, dice Scott. “Firmamos acuerdos comerciales que estimulan a las empresas de manufactura s subcontratar trabajos a otros países”.

La mano de obra barata, los menores estándares ambientales y los bajos impuestos a la exportación —aranceles— hacen de México un lugar atractivo para trasladar las operaciones, sin mencionar que es vecino de Estados Unidos. Si añadimos el TLCAN —cuyo éxito es debatible—, es posible ver por qué tantas empresas estadounidenses cruzaron la frontera. Casi todos los grandes fabricantes estadounidenses, desde Ford y General Motors, hasta Procter & Gamble y Caterpillar, tienen plantas de producción en México.
GE se negó a comentar sobre los sueldos de los empleados en México o en Estados Unidos, pero un portavoz dijo que los salarios varían según el país, el nivel de habilidad y otros estándares de referencia. GE dice que algunas de sus operaciones en México se remontan a 1896.

A Carlos le está yendo realmente mucho mejor que al típico trabajador mexicano.

Los trabajadores de la industria en México ganan un salario promedio de alrededor de 13 dólares por día, de acuerdo con el análisis realizado por CNNMoney de las estadísticas del gobierno mexicano. El trabajador típico de la línea de montaje en Estados Unidos gana 25 dólares por hora, muestran los datos del Departamento de Trabajo.

La solución de Trump para traer los empleos de vuelta de México es aumentar los impuestos —o aranceles— en 35% sobre los productos provenientes de México, volviéndolos más costosos para los compradores estadounidenses.

“Sería un desastre”, dice Alan Deardorff, un economista de la Escuela de Políticas Públicas Gerald R. Ford de la Universidad de Michigan. “Perderíamos una tremenda cantidad de otros puestos de trabajo”.

El plan arancelario de Trump no es original. Estados Unidos aumentó los aranceles sobre los países extranjeros en 1930. No funcionó tan bien. Otros países aumentaron los aranceles sobre Estados Unidos en represalia, lo cual desató una guerra comercial. El alza de aranceles fue una de las causas de la Gran Depresión.

¿Cómo puede Estados Unidos crear más empleos en la manufactura? Invirtiendo en México, sostienen los expertos. Si Estados Unidos ayudara a elevar los salarios en México, eso incrementaría la clase media del país y entonces los mexicanos podrían pagar productos más caros, fabricados en Estados Unidos.

“Tendríamos que realizar grandes inversiones en México”, dice Scott. “Habrá empleos que sean trasladados a México... [pero] es concebible que podríamos exportar otras cosas a México si ellos tuvieran más riqueza”.

Después de todo, cuando Carlos gana suficiente dinero, ¿adivina a donde le gusta ir de compras? A Texas.

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