¿La producción del crudo estadounidense está lejos de caer a un precipicio?
Nuevas grietas han aparecido en el auge petrolero estadounidense debido a la caída de los precios orquestada por la OPEP.
La producción petrolera de Estados Unidos ha caído durante siete meses consecutivos, y recientemente cayó por debajo de la marca de los 9 millones de barriles por primera vez en casi 2 años.
Es una prueba más de cómo el exceso de oferta y el bombeo incesante de Arabia Saudita, Irán y otros países de la OPEP han obligado a las empresas estadounidenses de esquito a pisar el freno.
Pero la OPEP apenas ha logrado lidiar con el golpe de gracia del auge petrolero estadounidense. La producción sigue siendo el doble de lo que era en 2008 y existen signos tempranos de un repunte gracias a la recuperación en los precios del petróleo.
Goldman Sachs predijo recientemente que la producción estadounidense continuará disminuyendo este año, pero luego volverá a crecer en 2017 y posteriormente.
“La reaceleración de la producción de petroleo en Estados Unidos podría ser gradual al principio, pero el mundo todavía necesita esquisto estadounidense a largo plazo”, escribieron los analistas de Goldman en un informe esta semana.
En otras palabras, no esperes que la producción estadounidense caiga por un precipicio.
Está claro que hay toneladas de petróleo de esquisto a la espera de ser explotadas cuando los precios suban. Estados Unidos posee reservas por 264,000 millones de barriles de petróleo, más que Arabia Saudita, Rusia o cualquier otro país en el planeta, según Rystad Energy.
Producción a un mínimo de 20 años
Estados Unidos bombeó 8.9 millones de barriles por día en abril, de acuerdo con estadísticas publicadas recientemente por la Administración de Información de Energía de Estados Unidos. Eso coloca la producción en un mínimo de 20 meses y con una baja de casi 8% respecto a abril de 2015, el mejor mes para la producción petrolera estadounidense desde 1971.
El retroceso de la producción estadounidense tiene sentido debido a la caída de los precios del petróleo desde más de 100 dólares por barril a mediados de 2014 a un precio tan bajo como 26 dólares en febrero pasado. Eso es simplemente demasiado barato para ser rentable para la mayoría de los campos petroleros de esquisto que alimentaron el auge.
Sin embargo, el reciente aumento de los precios del petróleo a alrededor de 50 dólares por barril ya está alentando una mayor producción estadounidense por parte de compañías como Pioneer Natural Resources y RSP Permian, que han dicho que añadirían plataformas en estos niveles.
El muy observado conteo de plataformas petroleras de Baker Hughes se ha incrementado en cuatro de las últimas cinco semanas. Y Goldman Sachs cree que eso es solo el principio. El banco de inversión predijo que el bajo número de plataformas se duplicará a 909 a finales de 2017.
Cada nueva plataforma puede bombear un promedio de 27,000 barriles de crudo por día, según Capital Economics. Eso es cuatro veces el ritmo de hace dos años, gracias al aumento de la producción y las nuevas tecnologías.
El suministro petrolero de los 48 estados continentales de Estados Unidos podría saltar a entre 600,000 y 700,000 barriles por día entre el cuarto trimestre de 2016 y finales de 2017, predijo Goldman. Los analistas creen que la aceleración en el esquisto se enfocará en estos cuatro campos petroleros clave: el Eagle Ford y la Cuenca del Pérmico en Texas; Bakken en Dakota del Norte, y la Cuenca del DJ en Colorado.
“Probablemente estamos en la fase de tocar fondo en la producción”, dijo Tom Kloza, jefe global de análisis de energía del Oil Price Information Service.
Eso puede ser una buena noticia para los consumidores estadounidenses. La capacidad de las empresas de esquisto en Texas y Dakota del Norte para comenzar a bombear de nuevo podría mantener a raya los precios del petróleo y de la gasolina.