El día en el que la Fed se deshaga de sus activos
NOTA DEL EDITOR: Esta nota se publicó originalmente en la edición de Expansión del 1 de agosto de 2016.
Era el 18 de marzo de 2009. Las tasas de interés estaba en su mínimo entre 0 y 0.25% pero era necesaria una acción más aventurada para darle vida a la actividad económica estadounidense. La respuesta llegó en el comunicado que la Reserva Federal emitió ese día: inyectaría más de 1.4 billones de dólares a la economía durante el año a través de la compra de activos.
La Fed decidió salirse del renglón para enfrentar la peor crisis financiera desde la Gran Depresión. Compró activos respaldados por hipotecas y bonos del Tesoro a distintas instituciones bancarias por un total de 3.5 billones de dólares, cifra cercana al tamaño total de la economía de Alemania.
La estrategia buscó presionar a la baja las tasas de interés para abaratar el crédito, aumentar el gasto de la población y animar a los bancos a prestar los recursos que recibieron de la Fed por esos papeles.
Las tres rondas de adquisición de activos, que terminaron en octubre de 2014, llevaron a la mayor expansión de la hoja de balance de la Fed desde la Segunda Guerra Mundial. Ésta se cuadruplicó hasta 4.3 billones de dólares. Antes de la crisis ascendía a 869,000 mdd.
Con la recuperación de la economía estadounidense, el banco central comenzará a deshacerse de los activos de forma gradual, predeciblemente cuando l as tasas de interés lleguen a un nivel que los analistas estiman cercano al 1%, desde el intervalo de entre 0.25 y 0.50%.
La Fed dijo en septiembre de 2014 que dejaría que algunos bonos expiraran y vendería otros para quedarse con los papeles estrictamente necesarios para cumplir con sus tareas.
¿Cuál será la consecuencia? El proceso tendrá impactos en los bonos y en las enti8dades que busquen préstamos, pues las tasas de interés serán más altas. “Sin comienzan a vender activos habrá presión en los precios y los rendimientos”, dice Gabriel Stein, especialista de la firma Oxford Economics.
Concretamente, significará mayores rendimientos para los bonos y menores precios. “El valor de los bonos iría para abajo. Eso sucedería incluso antes de que se tome la decisión. Cuando llegue esa decisión podría disminuir un poco más”, dice Lewis Alexander, economista en jefe para Estados Unidos de Nomura.
Para mantener el tamaño de la hoja de balance hasta la Fecha, la Fed reinvierte los montos del bono por vencer en uno de igual duración.
Eventualmente, dejará de reinvertir. Si deja que los bonos del Tesoro expiren, será como cualquier inversionista que compra deuda y recibe su dinero con intereses tras un plazo determinado.
Con tasas de interés más altas, el Tesoro o cualquier entidad que pida prestado pagará más por un préstamo. Sin embargo, no hay una fecha definida para la contracción en la hoja de balance, pues la Fed ha ido retrasando las alzas en las tasas de interés ante las dudas sobre la recuperación económica y los riesgos del exterior.
“Estoy seguro de que no va a pasar en 2016, supongo que la tasa llegará a 1% antes de que empiecen a reestructurar la hoja de balance”, dice jim o’ Neill, economista de High Frequency Economics.
Por lo pronto, los mercados esperan que la Fed eleve tasas hasta diciembre de este año.