Yuan, una amenaza con efecto dominó
Esta nota fue publicada en la edición 1195 de la revista Expansión
La turbulencia ha sido una constante en los mercados financieros del mundo este año. No obstante, el episodio de volatilidad que enfrentaron a finales de junio tras el brexit y la incertidumbre sobre el futuro del Reino Unido en la Unión Europea y que generó una oleada de perdidas, puede quedarse corto si China, el dragón asiático, asesta un nuevo coletazo cambiario.
En agosto del año pasado, el gobierno chino devaluó el yuan con respecto al dólar en medio de una caída de sus exportaciones, además de que había quedado rezagado de otras monedas emergentes. Fue un movimiento clave para que el Fondo Monetario Internacional incluyera al yuan en su cesta de divisas, un reconocimiento de la importancia de China en la economía mundial.
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Pero las consecuencias de esta intervención fueron globales. Los mercados financieros vivieron jornadas de grandes pérdidas, tan sólo en un día los principales índices accionarios de Estados Unidos y el de México cayeron hasta 2%.
Aunque el gobierno chino ha evitado volver a intervenir desde 2015, el fortalecimiento global del dólar presiona al también llamado renminbi y a otras monedas emergentes, debido a que los inversionistas han optado por la moneda estadounidense como un activo más seguro.
Pero para el consenso de los economistas, una nueva devaluación del yuan puede volver a generar fuertes ondas de choque en los mercados.
A mediados de junio pasado, el renminbi se negoció en 6.67 por dólar, su nivel más bajo desde diciembre de 2010, con lo que acumuló una pérdida trimestral de 3%, la mayor para este periodo en toda su historia. Mientras que en el tercer trimestre del año registró una caída de 0.36%, según datos de Bloomberg.
La devaluación del yuan otorga una ventaja competitiva a China, la segunda economía más grande a nivel global, pues sus exportaciones se vuelven más atractivas y crea presión en otras economías que pueden devaluar también sus monedas para no quedar en desventaja, y provocar así una guerra de divisas.
Todos los países que le venden a Estados Unidos verían su competitividad mermada si China hace una devaluación. “Por eso, cada vez que se anticipa que China devaluará el yuan, las monedas emergentes reaccionan”, dice el director de Estrategias de Mercado de Finamex Casa de Bolsa, Guillermo Aboumrad.
China es uno de los mayores socios comerciales de Estados Unidos. El comercio entre estas naciones sumó 170,000 millones de dólares hasta abril pasado, 14.7% del comercio total estadounidense, apenas una décima porcentual debajo de México. La potencia asiática se ha posicionado también como el tercer socio comercial de México, después de Estados Unidos y Canadá.
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“Para México, la relación es directa, si China se vuelve más competitiva que nosotros en precio, quedaríamos en desventaja”, dice Aboumrad.
Por lo que, además, con una pronunciada caída de la moneda china empezaría a exportar deflación. Esto significa que, con los precios bajos de sus mercancías, forzaría al resto del mundo a reducir los precios para ser competitivos ante el dragón asiático.
“El país que más fuertemente puede exportar deflación es China, porque justamente viene creciendo muy rápido. Ha construido capacidades enormes que, finalmente, el mundo no ha requerido, entonces la valuación del yuan puede llegar a ser un elemento crítico”, explica Juan Sebastián Caicedo, director de Portafolio de Renta Variable Cuantitativa de Seeyond, una filial de Natixis Asset Management.
Una fuerte devaluación del yuan puede ocasionar un efecto de contagio en los mercados financieros y también desatar una mayor turbulencia de cara a las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
“Nos están destruyendo (los chinos). Siguen devaluando su moneda y lo harán en el futuro. Ellos lograrán una fuerte caída del yuan, y eso va a ser devastador para nosotros”, declaró el candidato del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, en agosto de 2015.
Por ello, la atención está en los movimientos del banco central chino y del dólar, que por lo menos este año va en camino de seguir fortaleciéndose.
“Por ahora, los mercados financieros parecen relajados sobre esto. Pero eso podría no durar si tenemos otro periodo prolongado de la fortaleza del dólar y el Banco Popular de China responde al permitir que el tipo de cambio se debilite”, escribe en un reporte Mark Williams, analista de Capital Economics.
De acuerdo con Aboumrad, si las políticas del gobierno chino para apuntalar el consumo y la inversión internos no funcionan, existe el riesgo de que el banco central se vea una vez más tentado a devaluar el renminbi para acelerar una vez más su sector exportador.