El 2017 inicia con mayores costos para las empresas por
y el alza en las tarifas de luz, lo que se suma al impacto negativo que trajo la depreciación del peso durante el año pasado.Al aumento de 14.2% en el promedio del precio máximo de la gasolina Magna, de 20.1% en la Premium y de 16.5% en el diésel que decretó el Gobierno para enero, ahora se suma
para el sector industrial de entre 3.7 y 4.5%, de acuerdo con la Comisión Federal de Electricidad.“Sí hay una reconsideración de la planeación financiera de varias empresas en el sentido de que se han encarecido los insumos básicos para operar y va a demandar un mayor costo de operación por los incrementos que hemos visto”, dijo a Expansión José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento económico (IDIC).
Hasta noviembre de 2016, el Índice de Precios al Productor (INPP) se ubicó en 7.8%. A modo de comparación, en ese mismo mes, los precios para los consumidores aumentaron 3.31%.
Los aumentos en los precios a los productores provinieron principalmente de los componentes importados que utilizan varias industrias y cuyo precio aumentó por la depreciación del peso.
Por ejemplo, los precios que enfrentaron los productores de maquinaria y equipo aumentaron 11.96% en noviembre, mientras que para la fabricación de equipos de computación y accesorios electrónicos subieron 16%.
A ello se sumó el aumento de 22.8% que
de alta tensión tras un alza de 11.9% en octubre.Con el alza en el precio de la gasolina, de la Cruz espera que el INPP supere el 8% en los primeros meses del año.
“Hay un encarecimiento de los costos del transporte, la logística se encarece y la mayor proporción de trasiego de mercancías y de desplazamiento de personas es vía carretera”, agregó.
El aumento en los energéticos y los componentes de importación implica que muchas empresas pasarán los costos a los consumidores finales, lo que se reflejará en la inflación. Es por esa razón por la que algunos analistas esperan que los precios al consumidor superen el 5% en 2017.
“Es muy probable que en el corto plazo, el empresario busque trasladar parte de esos nuevos mayores costos en el precio final de los bienes y servicios, lo que presionaría a la inflación al consumidor y las expectativas de los agentes económicos de futuras alzas de precios”, dijo CI Banco en un reporte.