La política de ‘Una China’ da ventaja a Trump para un acuerdo sobre el comercio
Bueno, no tardó mucho. A menos de dos meses de que Donald Trump desconcertara a China al sugerir que el asunto altamente confidencial de políticas estadounidenses sobre Taiwán podría ser usado como ventaja para “llegar a un acuerdo” con Beijing sobre el comercio y otros asuntos.
Ahora se ha retractado, diciendo al presidente chino, Xi Jinping, en una llamada telefónica el jueves que honrará la política “Una China” que reconoce la afirmación de Beijing de que Taiwán es parte de China.
Trump se presentó a sí mismo durante su campaña como un negociador maestro que podría tomar una postura firme en China para lograr un mejor acuerdo para EU con su mayor socio comercial. Pero el poner en juego un asunto que Beijing considera no negociable no parece haberlo llevado a ningún lugar.
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"Si quieres lograr algo en términos de economía y comercio, no lo eclipsas con un asunto como ese”, dijo Alan Oxley, exnegociador comercial australiano. “Se hará muy político. Habrá enfrentamientos y no discusiones”.
Trump también ha amenazado con etiquetar a China como manipulador de su divisa en el primer día en el puesto, una decisión que algunos expertos temían podría ser el primer paso en una guerra comercial. Él tampoco cumplió esa amenaza.
"Hablaría con ellos primero”, dijo Trump al periódico The Wall Street Journal en una entrevista poco antes de asumir el puesto.
nullSu voluntad de retirar algunas de sus ideas más extremas ha sido bien recibida por los observadores del mercado.
La promesa a Xi sobre Taiwán “importa a los inversionistas pues si China puede lograr un cambio como este, puede tener éxito al suavizar otras posturas normativas de EU”, dijo Paul Donovan, jefe economista internacional de UBS Wealth Management.
Trump ha amenazado previamente con imponer tarifas de hasta 45% a los productos chinos. Si cumple con ello, el resultado sería una guerra comercial que dañará a ambas economías.
Hablar con China, en lugar de mandar amenazas, podría ayudar a Trump a lograr algún tipo de acuerdo en temas como las tarifas de importación y las divisas que podría presumir como victorias.
"Creo que, desde el punto de vista de Beijing, están dispuestos a las negociaciones e incluso a comprometerse en asuntos comerciales”, dijo Willy Lam, un experto en China de la Universidad China de Hong Kong. “Pero son más reacios en asuntos territoriales”.
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Los líderes chinos no deberían relajarse tan pronto, tampoco.
"Si China no se compromete sobre su divisa y el comercio, Trump podría cambiar su opinión", advirtió Lam. Él sugirió que Trump podría traer fácilmente a Taiwán a la decisión al mejorar sus contactos con ese gobierno.
"Es demasiado pronto para decir que Trump ha abandonado la carta de ‘Una China’”, dijo.
Las elecciones del presidente estadounidense sobre opciones para empleos clave de comercio en su administración indican que él podría tomar una línea extremista.
Su equipo incluye a Peter Navarro, un economista que dirigió un documental titulado “Muerte por China: Cómo Estados Unidos perdió su base de manufactura” y Robert Lughthizer, quien fue parte de un equipo comercial en la administración de Reagan que impuso medidas proteccionistas.
Pero si Trump de hecho cambia de idea sobre Taiwán otra vez, estará jugando un juego muy arriesgado .
"La política de 'Una China' no es una carta a discusión sobre la mesa”, dijo Paul Haenle, exdirector de China en el Consejo de Seguridad Nacional Estadounidense. “Es la mesa misma”.
David McKenzie yKatieHunt contribuyeron a este reporte.