“Todo mundo lo apoyó, incluyendo el Banco Mundial. No hay ahí ningún desacuerdo. El único desacuerdo era con la administración del presidente Trump que decidió bloquearlo”, comentó a la prensa Arturo Herrera, secretario de Hacienda y Crédito Público de México, al culminar las reuniones.
La propuesta es aplicar un impuesto mínimo global a las ganancias de las empresas multinacionales (conocido como ISR en México) en los países de la OCDE y G20. Aún no hay un porcentaje definido, aunque hay varias cifras sobre la mesa de discusión: EU propone 21%, mientras la tasa mínima de los países de la OCDE es de 9% en Hungría, y la más alta es 32% en Francia, el promedio en estos países es de 23%.
Contra paraísos fiscales
“Este impuesto solo aplicaría a las empresas con más de 750 millones de euros al año. Si una compañía mexicana multinacional invierte en países donde no se paga o se pagan tasas más bajas (paraísos fiscales), con esta disposición, México tendría que gravar todos los ingresos con ISR que se tengan en aquel país”, explicó César Catalán Sánchez, integrante de la comisión técnica fiscal internacional del Colegio de Contadores Públicos de México.
La propuesta va dedicada a las empresas de la economía digital como Google, Amazon o Facebook pues se cobraría la misma tasa en los países donde se consumen sus servicios y productos, y donde están los servidores, explicó el titular de Hacienda.
También para evitar que lleven sus capitales a paraísos fiscales: “El apoyo de EU era importante porque muchos de los dueños de estas empresas son estadounidenses. EU tiene un problema donde a veces se crea alguna subsidiaria o holding de esas plataformas en algún paraíso fiscal y disminuir los impuestos pagados en EU, esto pretende disminuir los incentivos”, declaró el titular de la secretaría de Hacienda de México.
La menor recaudación de impuestos es un riesgo
“Desde el punto teórico seria algo deseable, pero desde un punto de vista práctico creo que es bastante difícil, y probablemente una discusión que dure otro tiempo, en el corto plazo no lo veo como algo muy viable”, dijo Felipe Hernández, economista para Latinoamérica de Bloomberg Economics.
Entre los obstáculos se encuentra que los países vean trastocada su soberanía si organismos internacionales determinan la tasa ISR. Los países con mayor o menor presión fiscal tendrán que decidir si subir o bajar su tasa dependiendo su nivel actual, pues esto tendría implicaciones en la recaudación de impuestos.
En México la tasa promedio del impuesto corporativo es de 30%, de acuerdo a cifras de la OCDE, es el tercer país con la tasa más alta después de Francia (32%) y Portugal (31.5%).
“Si el ISR en un país es más alto al del porcentaje propuesto, difícilmente lo voy a poder aplicar sin tener algún otro impuesto”, comentó el especialista de Bloomberg Economics.
Competencia pareja
El riesgo de que México no acepte implementar estas medidas es que se perdería la oportunidad de jugar con reglas parejas para atraer inversiones, consideró el integrante del Colegio de Contadores.
Muchas naciones compiten por inversiones de empresas con solo ofrecer tasas más bajas de impuestos, un impuesto global, impulsaría la competencia mejorando otros factores como: la educación y la infraestructura.
Con la propuesta, se revive un tema que trae EU, que es la competencia con otros países para atraer inversiones.
“Uno de los beneficios sería que los países dejen de competir para atraer inversión enfocándose en la baja carga tributaria, así los países competirán con otras ofertas más provechosas para quien recibe y hace las inversiones, por ejemplo, mejor infraestructura, reducir el costo del transporte, mejorar la educación para una mayor productividad, esas son formas más provechosas para traer inversión”, dijo Felipe Hernández.