La inflación estadounidense perdió fuerza en marzo y se ubicó en 5% a tasa anual. Con esto, el indicador lleva nueve meses consecutivos a la baja.
Se trata del nivel más bajo en casi dos años, según el índice de precios al consumidor (IPC) que dio a conocer este miércoles el Departamento del Trabajo.
Los analistas esperaban un aumento de 5.1% en 12 meses.
A tasa mensual, el mes pasado los precios de consumo subieron 0.1%, luego de un aumento de 0.4% en febrero, en un momento en que la Reserva Federal (Fed) analiza los efectos del alza de tasas de interés.
Es probable que los precios de la gasolina repunten en los próximos meses, después de que Arabia Saudita y otros productores de petróleo de la OPEP+ anunciaran este mes nuevos recortes en la producción de crudo.
El dato de inflación se produjo poco después del informe de nóminas no agrícolas del pasado viernes, que mostró un sólido ritmo de crecimiento del empleo en marzo y una tasa de desempleo que descendió al 3.5%.
La persistencia de una elevada inflación, lo ajustado del mercado laboral y los indicios de que están remitiendo las tensiones en los mercados financieros, provocadas por la quiebra el mes pasado de dos bancos regionales, deberían permitir a la Fed seguir dando prioridad al restablecimiento de la estabilidad de precios.
Los mercados financieros se inclinan por que el banco central estadounidense suba las tasas otros 25 puntos base en la reunión de política monetaria del 2 y 3 de mayo, según la herramienta FedWatch de CME Group.
El mes pasado, la Fed elevó su tasa de interés de referencia a un día en un cuarto de punto porcentual, pero indicó que estaba a punto de hacer una pausa en las alzas, en un guiño a las turbulencias de los mercados financieros. Desde marzo del año pasado, la tasa de interés oficial ha subido 475 puntos básicos, desde un nivel cercano a cero hasta el actual de entre 4.75% y 5%.
Si se excluyen los volátiles componentes de alimentos y energía, el IPC aumentó un 0.4% el mes pasado, tras subir un 0.5% en febrero. La rigidez de los alquileres siguió impulsando el IPC subyacente.
Sin embargo, con medidas independientes que muestran una trayectoria descendente de los alquileres, se espera que la inflación de la vivienda empiece a remitir en el segundo semestre. Las medidas de los alquileres en el IPC tienden a ir por detrás de los indicadores independientes.
No obstante, es probable que el camino de la desinflación esté lleno de baches, con presiones procedentes del costo de los servicios distintos de la vivienda. En los 12 meses a marzo, el IPC subyacente aumentó un 5.6%, tras subir un 5.5% en febrero.
Con información de AFP, EFE y Reuters.
