El arroz es la base de la alimentación en muchos países y su precio en los mercados internacionales ha subido después de la pandemia del covid, el inicio de la guerra en Ucrania en 2022 y debido a las perturbaciones en la producción por el fenómeno meteorológico de El Niño.
India, que aporta 40% del suministro global de arroz, impuso el 20 de julio una prohibición de las ventas al exterior de este grano de tipo índico sin cocción, que constituye cerca de un cuarto del total de sus exportaciones para garantizar el consumo de sus habitantes.
"La incertidumbre sobre la duración de la prohibición y la preocupación por las restricciones a la exportación hicieron que los agentes de la cadena de suministro guardaran sus existencias, renegociaran los contratos o dejaran de hacer ofertas de precio, lo que limitó la mayor parte del comercio a pequeños volúmenes y ventas, y a ventas ya concluidas", explicó la FAO.
Esta agencia de la ONU expresó a principios de agosto su preocupación sobre esta medida adoptada por India.
"Esta presión al alza sobre los precios del arroz planteaba una gran preocupación en materia de seguridad alimentaria para una amplia franja de la población mundial", en especial los más pobres.
Además añadió que "las restricciones a la exportación podían tener consecuencias negativas para la producción, el consumo y los precios que superaban la duración de su aplicación y comportaban el riesgo de agravar la elevada inflación interna de los precios de los alimentos en muchos países".
Temor por el impacto de El Niño
El marcador que mide el precio de los cereales bajó 0.7% con respecto a julio, influido por una caída de 3.8% de las cotizaciones del trigo en agosto por la mayor disponibilidad de varios de los principales exportadores.
Los precios internacionales de cereales secundarios cayeron 3.4% debido a la abundancia de la oferta por una cosecha récord de maíz en Brasil y el inicio inminente de la zafra en Estados Unidos.
El índice de los precios del azúcar de la FAO subió 1.3% con respecto a julio y en agosto se situó en un promedio 34.1% por encima sobre el nivel que registró hace un año.
Este incremento se debe a temores por el impacto de El Niño en los cultivos de caña de azúcar, a las menores precipitaciones registradas en agosto en algunas regionales y al clima seco en Tailandia.
Esta presión al alza de los precios fue contenida por la buena zafra que registra esta temporada Brasil, por la caída de los precios del etanol y el debilitamiento del real brasileño.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO bajó un 4% con respecto a julio y el marcador para la cotización de la carne cayó 3%.