“La expectativa de cierre que tenemos, con todos los impactos de los primeros nueve meses, y lo que se va vislumbrando para el cierre de año, es que cumplamos con la meta de ingresos en términos de los ingresos tributarios y no tributarios, y en ese sentido que sea la base para empezar el próximo año”, explicó Carlos Lerma, subsecretario de Ingresos.
La meta rebasada obedece a distintos factores, explicó el funcionario, uno es el esfuerzo en la parte de aduanas derivado de un trabajo entre el SAT, Aduanas y agentes aduanales para erradicar malas prácticas en el sector, el cual continuará el próximo año con cambios aprobados en el Código Fiscal de la Federación y la nueva Ley Aduanera.
También la digitalización de procesos y el uso de inteligencia artificial, para la facilitación y vigilancia de cumplimiento de los contribuyentes, destacan en esta mayor recaudación, pues facilitan el cruce de datos para detectar discrepancias, determinar créditos fiscales y cobrarlos.
Esta adopción de tecnología y mayor recaudación avanza a la par de un menor número de trabajadores, desde finales de 2018, como parte de la política de austeridad del gobierno federal, el SAT empezó a recortar su plantilla laboral tras el objetivo de evitar la duplicidad de funciones. Después con la pandemia de covid-19 llegó otra reducción por descenso de personal, y en la actualidad, trabajadores refieren que se presentan renuncias voluntarias por sobrecarga de trabajo.
Al cierre de septiembre, cada empleado recaudó 161.4 millones de pesos, con una plantilla de 24,580 trabajadores, cuando en el mismo periodo del año pasado cada trabajador recaudó 142.5 millones, con una plantilla laboral de 24,840 trabajadores. En tan solo ocho años, el SAT redujo 11,080 plazas de su plantilla laboral, mientras la recaudación por cada trabajador se multiplicó 2.5 veces.
Además, el costo de recaudación por cada 100 pesos alcanzó su menor nivel al cierre de septiembre pasado, con 0.23 pesos, en el mismo periodo de 2018, el costo era más del doble: 0.50 pesos.