Calamares deshidratados, sólo en México

Tres Islas, empresa pesquera de Mazatlán inventó una tecnología para vender este producto; la meta es lograr 160 toneladas mensuales de "Calamar Azteca", con una inversión de 40 mdp

Industriales mexicanos del sector pesquero y alimentario, han inventado una tecnología que permite la deshidratación de carne de calamar blanco gigante, que representa una opción nutritiva y de bajo costo para quienes cuentan con pocos recursos económicos.

La empresa pesquera Tres Islas, a cargo de Francisco Caro Sánchez, y sus hijos Antonio y Eduardo Caro, es pionera en el procesamiento de calamar, ya que ha desarrollado una fibra deshidratada y empaquetada bajo el sello “Calamar Azteca”.

Un total de 40 toneladas mensuales de producción de calamar deshidratado, para la cual se requieren 160 toneladas mensuales de ese molusco fresco, es la meta que en un corto plazo, -no mayor a dos meses-, busca alcanzar dicha empresa, con una inversión de aproximadamente 40 millones de pesos (mdp) al año.

Antonio Caro, director general de la firma, expuso que ese animal es un cefalópodo que se encuentra en todo el mundo, sin embargo México, Perú y Chile son los países que en América Latina cuentan con una amplia existencia de calamar blanco gigante.

Ante ello esos industriales confían en que es un producto que puede ayudar a combatir la pobreza alimentaria y la desnutrición en el país.

A su vez Francisco Caro Sánchez, fundador de Tres Islas, afirma que "desde Mazatlán se puede alimentar a todo el país, porque producimos alimentos de primera calidad y a precios muy accesibles (…) aquí podemos darle de comer a los más pobres con nuestro producto y a bajos costos".

Antonio Caro explicó que el calamar deshidratado ya es consumido por las Fuerzas Armadas en Sinaloa y Durango, por lo que Tres Islas buscará algún convenio con la Secretaría de la Defensa Nacional para que se incluya en la dieta diaria de los militares del país puesto que su transportación es fácil y además barata.

Además se encuentra en proceso de que el Instituto Nacional de Nutrición clasifique a ese producto como "alimento funcional", es decir que alimenta y protege al consumidor.