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Un hombre programado para el éxito

Un desarrollo de software libre puso a Miguel de Icaza en las Grandes Ligas de la tecnología; cuando su empresa de programación fue comprada por Novell, el dio el salto a una vicepresidenci
sáb 17 mayo 2008 06:00 AM
Sin Pie de Foto
Como vicepresidente de desarrollo de plataformas de Novell,

A sus 32 años, Miguel de Icaza se ve relajado. Recorre la cafetería del Centro de Convenciones de Utah en una  sudadera y de tenis, con el almuerzo en la mano, más cercano a la imagen de un geek (persona que siente fascinación por la tecnología) que al puesto de vicepresidente de Desarrollo de Plataformas de Novell.

Esa empresa estadounidense puso sus ojos en el programador mexicano no sólo para comprar, en 2003, su empresa Ximian (fundada por De Icaza en 1999 para desarrollar aplicaciones en el sistema operativo Linux), sino para fungir como uno de los portavoces de la estrategia de la compañía (que, al cuarto periodo fiscal de 2007, reportó ventas por 244.9 millones de dólares). La idea es crear ganancias en el desarrollo de productos para un sistema operativo de acceso libre como Linux, que representa actualmente 8.9% de sus ventas.

Hace unas semanas, De Icaza saltó a la palestra al criticar a voz abierta una sociedad que Novell estableció en 2006 con Microsoft a fin de desarrollar plataformas conjuntas para poner a trabajar sistemas Linux con Windows. Según De Icaza, Novell debería ir sola en ese proyecto, obviamente, encabezado por él y su equipo de Ximian.

¿Qué haces en Novell?
La plataforma de desarrollo es mucho de lo que hacemos en Linux. Estamos comenzando a llevar algunas funciones de Linux a Windows con el proyecto Mono (plataforma que permite que las aplicaciones desarrolladas para Windows puedan funcionar en Linux). Eso ayuda a crecer nuestra base de usuarios y a tener más colaboradores.

¿Cómo es un día tuyo de trabajo?
Depende, porque hay que leer mucho correo. Mi equipo está distribuido en todo el mundo. Hay gente prácticamente en todos los husos horarios, entonces mucha de mi labor es ordenar lo que debemos hacer. Pero muchas cosas alteran esto, como hablar con la gente que está adoptando Mono, entonces tenemos que discutir cómo podemos ayudarles, cómo podemos mejorar su experiencia de trabajo.

Con todo, ¿sigues programando?
Programo de vez en cuando alguna rutina. La última vez que realmente me senté a programar fue el año pasado, en junio.

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¿Qué diferencia hay entre ser un desarrollador de software libre y un directivo de Novell?
Cuando escribes software como independiente, sólo por el placer de hacerlo, escribes el software y cuando te aburres lo dejas y ya. Cuando hablas de un ambiente empresarial hay factores adicionales, ya no es cosa de interés sino que debes explorar temas como, por ejemplo, la escala del software o si puede trabajar con otras tecnologías.

¿Qué es Linux para ti?
Es un sistema operativo que ha cambiado en los últimos años. Hace muchos años era una cosa que te dejaba leer datos del disco y se acabó. Con el tiempo, el asunto ha cambiado. En términos sencillos es uno de los tres grandes sistemas operativos que hay hoy en día, junto con Windows y Mac OS X.

¿Pensaste algún día que empresas de hardware como Dell o Fujitsu tomarían tan en serio a Linux como para incluirlo de fábrica en algunos de sus equipos?
Siempre es un deseo que, como estudiante, no sabemos si se hará realidad. Es interesante que Linux haya logrado funcionar de esa manera. Creo que una parte importante de trabajar con Microsoft y con empresas como IBM, HP y Sun Microsystems es que pudimos haber tomado una posición antagonista de las compañías propietarias o, como hicimos, trabajar en una relación donde podemos hablar libremente con ellos y podemos invitarlos a que participen en este movimiento.

Ya que Linux se ha convertido en una alternativa viable, ¿hacia dónde se está moviendo este sistema operativo?
Linux se mueve en la dirección que sus usuarios y sus desarrolladores toman. A Linux cada quien lo empuja en las direcciones que les interesa. A largo plazo nosotros queremos que sea una alternativa completamente viable. Buscamos trabajar en aplicaciones como Open Office (suite de oficina de acceso libre).

Con el modelo de software libre más popular, ¿qué tan viable es llevar ese modelo a otros aspectos de la vida productiva?
Los principios del software libre tienen que ver con trabajar como una comunidad para que todo mundo avance; la mayoría de las religiones tienen conceptos similares. Son pensamientos filosóficos muy básicos que se han usado y reusado miles de veces: “No le hagas al prójimo lo que no quieres que te hagan” y lo que quieres es que el software sea para todos, que todos tengamos el mismo acceso.

¿Cuáles son tus prioridades?
Yo soy un idealista, y quiero utilizar Mono como una tecnología que permita que los desarrolladores de Windows puedan copiar sus aplicaciones y llevarlas de ese sistema operativo a Linux.

Por otro lado, me fascinan los lenguajes de programación y las tecnologías de programación.

¿Cómo ves a México desde acá?
A mí no me gustó la administración anterior, creo que llegó con muchas promesas pero hizo muy poco trabajo. Tampoco me gusta el presidente actual porque dejó en duda si ganó la elección. En la campaña de Calderón, su frase era “(AMLO) es un peligro para México”, pero ¿era realmente un peligro? Creo que a la Ciudad de México le fue bien, una de las pocas ciudades que prosperaron en el sexenio de Vicente Fox. Entonces, no puedo respetar a un tipo que, básicamente, quería llegar al poder y su campaña fue de miedo y no propuso nada.

¿Y la situación económica del país?
El petróleo se está acabando en México y, en cierto modo, hubo una bonanza gracias a que el precio del barril subió durante el sexenio de Fox. El gran problema que tengo con lo que se hizo con Fox y con el nuevo presidente es que en vez de invertir el dinero del petróleo en educación y en crear infraestructura, en vez de tener los últimos 18 años de eso, recortaron el presupuesto a las universidades públicas.

No basta con que tengamos miles de egresados en áreas de negocio. Necesitamos gente de ciencia, de ingeniería, de química y biología. Hoy no podemos comprar tecnología que nos permita excavar en busca de petróleo en sentido diagonal, no tenemos una industria de nanotecnología, nada de biotecnología, y eso es algo en que el gobierno debió invertir.

¿Qué libros lees?
Paso por etapas, hace unos años leía psicología evolutiva, comportamiento humano y el estudio de los primates era mi pasión. La historia me fascina, Noam Chomsky me encanta, lo mismo que Howard Zinn, Kurt Vonnegut, García Márquez...

¿Por qué te gusta Noam Chomsky?
Trato de leerlo desde los 21 años y me cuesta mucho entender el rollo lingüístico que él propone porque son temas muy avanzados, pero es el fundamento de muchos de los lenguajes de programación. El Chomsky político es un tipo muy inteligente y sus artículos son muy fáciles de leer con todo lo que ha pasado en los últimos años. Lo que más me impresionó la primera vez que lo vi fue que hablaba de El Salvador. Empezó su charla preguntando “¿qué es el terrorismo? Vamos a comenzar con la definición de terrorismo y esa misma definición se aplica muy bien a nosotros”. Es un shock cultural.

¿Qué es lo que más extrañas de México?
Mis amigos, el idioma, el humor mexicano. Por supuesto que extraño la comida. Hay un par de restaurantes mexicanos buenos en Boston (ciudad donde Miguel de Icaza reside desde hace años), es cocina limitada pero te ayuda a matar las ‘saudades’, como dice mi esposa. La nostalgia.

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