Empresas saludables, ¿más ahorradoras?
Sin duda, los esfuerzos de los lugares de trabajo por alentar a la gente a cuidar mejor de su salud se han extendido en los últimos años. Debido a que aproximadamente el 60% de las empresas estadounidenses ahora ofrecen algún tipo de iniciativa de bienestar físico , frente a sólo 36% en 2009, el diseño y ejecución de estos programas se ha convertido en una industria de 6,000 millones de dólares al año, según un nuevo estudio del grupo de estudios sin fines de lucro Rand Corp.
Es más, debido a que se supone que deben reducir -o al menos contener- el costo de la atención médica, las leyes lo promueven.
Pero, ¿los programas de bienestar físico realmente ahorran dinero? Un muy cacareado estudio de 2010 realizado por un economista de Harvard, dice que sí: por una suma de tres dólares en ahorros en costos de atención médica, y otros tres dólares en menores gastos por ausentismo, por cada dólar que las empresas invierten en ayudar a los empleados a mantenerse saludables.
Ahora bien, existe un enfoque un tanto distinto, basado en un estudio de seis años de más de 67,000 empleados de PepsiCo. A la usanza típica de los esfuerzos de las grandes empresas, el programa de PepsiCo consta de varias partes, incluidas evaluaciones de riesgos de salud, programas de acondicionamiento físico y nutrición, y ayuda para enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades del corazón.
Esto es importante, debido a que la investigación de Rand descubrió que los rendimientos varían mucho dependiendo de la parte del programa que se observe. Considera lo siguiente: de acuerdo con investigaciones anteriores, el último análisis encontró que ayudar a los empleados a manejar enfermedades crónicas ahorró 3.78 dólares en costos médicos por cada dólar invertido en el esfuerzo. En gran parte debido a que redujo el número y la duración de las estancias hospitalarias, el manejo de enfermedades representó alrededor del 87% de los ahorros en los costos totales de PepsiCo, a pesar de que sólo alrededor del 13% de la plantilla participó en esta parte del programa.
Por el contrario, entre la cifra ahora mayor de empleados que están sanos e intentan permanecer así a través de dietas y ejercicio, “el componente de manejo de estilo de vida del programa -aunque produjo beneficios- no proporcionó más ahorros que lo que costó ofrecerlo”, dijo Soeren Mattke, el científico senior de Rand que dirigió el estudio.
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“Aunque los programas laborales de bienestar físico tienen el potencial de reducir los riesgos de salud y recortar el gasto en atención médica en el largo plazo, los empresarios y los políticos no deben dar por sentado que los componentes de manejo de estilo de vida de los programas pueden reducir los costos o generar un ahorro global”, añadió Mattke.
Las empresas “deben ser claras acerca de sus objetivos para el programa de bienestar físico”, concluye el estudio. “Si un empleador quiere mejorar la salud o la productividad de los empleados, un programa de manejo de estilo de vida basado en la evidencia puede lograr este objetivo”, mientras que al mismo tiempo impulsará la moral en el lugar de trabajo, según han demostrado otros estudios. “Pero los empleadores que buscan un saludable retorno de inversión en sus programas deben dirigir (sus esfuerzos) a los empleados que ya tienen enfermedades crónicas”.