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¿Qué es un emprendedor social?

La creación de nuevos enfoques para resolver problemas sociales aumenta; universidades, gobiernos y empresas están desarrollando modelos para innovar.
mar 19 enero 2016 06:00 AM
La innovación puede tomar la forma de nuevos productos y servicios, nuevos métodos de producción y distribución, o nuevos modelos organizativos. (Foto: iStock by Getty Images)
empresa (Foto: iStock by Getty Images)

El emprendimiento social es un creciente movimiento mundial. Cada vez más universidades ofrecen cursos sobre emprendimiento social y, en muchos campus universitarios, los clubes de empresas sociales constituyen las asociaciones con mayor número de estudiantes. Gobiernos y empresas por igual están creando fondos e incubadoras para la innovación social y muchos jóvenes alrededor del mundo afirman que trabajan para una empresa social o se han convertido en emprendedores sociales por derecho propio.

Es evidente que el emprendimiento social ha alcanzado plena madurez, reconocido como un modelo que combina las disciplinas financieras del capitalismo de mercado con la pasión y la compasión necesarias para crear un mundo más justo y equitativo.

¿Pero qué es el emprendimiento social? En pocas palabras, es el uso de nuevos enfoques para resolver viejos problemas sociales.  A lo largo de la historia han existido agentes de cambio social y activistas que han puesto a sus sociedades en un mejor camino. Pero en las dos últimas décadas ha surgido un enfoque distinto, más empresarial, para aliviar los problemas asociados con la pobreza.

Esa generación de ruptura de emprendedores sociales se liberó de la falsa dicotomía entre "es un negocio" o "es una organización benéfica" para experimentar con modelos de negocio, innovar nuevos métodos de distribución y replicación y hacerse responsables de los resultados.

Cuando el emprendimiento social logra una intervención exitosa crea una ruptura distintiva del statu quo, como explica el vicepresidente de la Fundación Rockefeller Zia Khan: "La innovación social no es sólo una invención, tiene que ver con la forma en que ese invento o invención, trátese de un cambio en un producto o un proceso o una nueva organización, cambia efectivamente el statu quo, es sostenible en el tiempo y tiene un gran impacto escalable sobre un gran grupo de personas, en particular las poblaciones más vulnerables y pobres".

Y continúa: "Pensemos por ejemplo en una nueva bomba de agua. Hay varias nuevas que funcionan bien en el laboratorio. Pero, ¿cómo vas a distribuirlas en las comunidades que las necesitan? ¿Cómo vas a cambiar el comportamiento de las personas para que las usen? ¿Cuál es el modelo de negocio detrás de la iniciativa que garantice que las bombas recibirán mantenimiento y que el modelo sea escalable y sostenible? Esa es la diferencia entre una invención y una innovación social".

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Las empresas sociales, sea con o sin fines de lucro, y trabajando en la educación, el empleo o el sector salud, comparten ciertas características. La primera es la innovación, que puede tomar la forma de nuevos productos y servicios, nuevos métodos de producción y distribución, o nuevos modelos organizativos.

Por ejemplo, First Book diseñó un nuevo modelo de distribución para llevar contenido educativo de calidad a los niños de pocos recursos en Estados Unidos, mientras que mothers2mothers, en Sudáfrica, recurrió a un nuevo colectivo de mano de obra, las madres VIH positivas, llamadas Mentor Mothers, para reducir drásticamente la tasa de transmisión del VIH de madre a hijo entre las mujeres embarazadas.

Crear el mayor impacto requiere el aprovechamiento de las fuerzas del mercado y las prácticas comerciales siempre que sea posible. Eso significa generar ingresos por la venta de tus productos o servicios, pero también mantener un implacable enfoque basado en resultados, como lo hace cualquier empresa comercial. Esto exige sólidos sistemas de rendición de cuentas y auditoría, robustos procesos de planificación estratégica, disciplina para medir lo que está funcionando y lo que no y flexibilidad para ajustar los canales de venta o las líneas de productos en consecuencia.

Esto aplica tanto si eres una empresa de 130 millones de dólares con certificación B Corp, como la estadounidense Revolution Foods, que está ayudando a cambiar los hábitos alimenticios del país al proporcionar comidas escolares nutritivas y asequibles, revolucionando la industria en el proceso, como si eres Aravind Eye Care Center en la India, el mayor proveedor de servicios oftalmológicos y la empresa social más reconocida en el mundo.

Aravind es financieramente sostenible a pesar de que no cobra nada al 55% de sus pacientes que no pueden costearlo, precisamente porque es dirigida con un riguroso sentido empresarial. La eficiencia operativa y las funciones especializadas de Aravind le permiten reducir los costos a 0.50 centavos de dólar por consulta, trasladar a los pacientes desde el ingreso al cuidado post-operatorio en menos de dos horas y brindar de forma consistente resultados de alta calidad pese a tener un volumen asombroso de pacientes (15,000 visitas ambulatorias y 1,500 cirugías diarias).

Además de la continua innovación y las prácticas empresariales, los emprendedores sociales tienen otras dos características en común.  La primera es que se mantienen abiertos al aprendizaje. El emprendimiento social, después de todo, es por naturaleza un proceso de aprendizaje. Ese proceso consiste en concebir una manera más eficaz para atender una necesidad, probar y refinar el concepto inicial, movilizar recursos y socios necesarios para escalar el modelo y mejorar incesantemente la oferta a través de una rigurosa medición de impacto y una disposición para incorporar el feedback o retroalimentación.

Por último, y lo más importante, los valores son guía y motor de los emprendedores sociales: la dignidad, el acceso a la oportunidad, la transparencia, la rendición de cuentas, la equidad y el empoderamiento. Les apasiona el problema que están tratando de resolver y mantienen siempre como prioridad su misión social al escalar su impacto. En muchos casos han abandonado carreras potencialmente lucrativas para fundar su empresa social, motivados por el deseo de un propósito más significativo o sacudidos por un momento de toma de conciencia que los impulsó a actuar.

*Autoras: Hilde Schwab cofundó la Schwab Foundation for Social Entrepreneurship en el año 2000. Katherine Milligan es la directora de la Schwab Foundation.

La Fundación Schwab gestiona la mayor red de empresas sociales en el mundo: 320 organizaciones con y sin fines de lucro  con operaciones en 60 países. La Fundación Schwab define el emprendimiento social como enfoques innovadores, prácticos, sostenibles y basados en el mercado que logran un cambio social y/o ambiental transformador, con énfasis en las poblaciones marginadas.

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