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Startup crea dispositivo para analizar lo que bebes, comes y respiras

La crisis del agua contaminada en Michigan y Alabama inspiró al emprendedor Daniel Yazbek a crear esta solución.
mar 02 agosto 2016 12:30 PM
Sensor de bolsillo
Sensor de bolsillo La primera versión de MyDx, que cuesta 699 dólares, llegó el mercado en mayo de 2015.

Últimamente, el emprendedor Daniel Yazbek ha pensando mucho en la crisis del agua de Flint, Michigan.

"No se trata sólo de Flint, sino también de lo que está sucediendo ahora en Alabama con el agua potable contaminada", dijo.
Yazbek, con formación científica, se ve impelido a analizar problemas y desarrollar soluciones.

En enero de 2015, la crisis del agua contaminada llegó a un punto crítico en Flint, cuando la ciudad advirtió a sus casi 100,000 habitantes que el suministro de agua contenía químicos que excedían los niveles de seguridad permitidos.

La advertencia fue seguida por informes de personas, incluidos niños, que se habían enfermado; muchos con altos niveles de plomo en la sangre.

En ese momento, Yazbek atravesaba un proceso de ajuste, había dejado su trabajo de desarrollo de producto en Panasonic para lanzar una empresa. Anteriormente había trabajado como investigador en Pfizer, con un enfoque en la investigación química y el desarrollo tecnológico.

Tras lanzar su startup CDx en San Diego en 2014, pasó los siguientes 12 meses desarrollando el primer producto: un analizador portátil llamado MyDx, diseñado para analizar la pureza de lo que bebemos, comemos y respiramos, incluido el cannabis.

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"Quería que MyDx fuera como una herramienta de cocina, simple y fácil de usar", dijo.

El dispositivo (del tamaño de dos iPhones apilados juntos) es para uso en hogares en situación de riesgo, donde la contaminación del agua es un problema.

"Es una forma rápida y fácil de comprobar el agua", explicó. "Puedes hacerlo semanal o mensualmente y realizar un seguimiento de la seguridad en el agua para ver si ha mejorado o no".

MyDx está diseñado para operar con sensores intercambiables que analizan la calidad del aire, el agua y los alimentos. La primera versión del dispositivo portátil de plástico llevaba un sensor para testar específicamente la calidad del cannabis.

Aunque hay otros aparatos en el mercado - como Pro-Lab y First Alert - Yazbek dijo que MyDx tiene un enfoque más moderno.

"Hemos digitalizado el proceso", apuntó. "No es como un prueba doméstica de usar y tirar para comprobar el agua potable. El sistema utiliza la tecnología en la nube para analizar los resultados contra una base de datos".

Los usuarios reciben los resultados en cuestión de minutos y pueden realizar monitoreos o seguimientos de los resultados con el tiempo.
Yazbek lanzó una campaña en Indiegogo en febrero de 2015 para financiar el dispositivo.

"Necesitábamos 19,000 dólares y recaudamos casi 40,000", dijo. "Parte del objetivo era validar que existía una demanda de este dispositivo, y la había".

La primera versión de MyDx, que cuesta 699 dólares, llegó el mercado en mayo de 2015 y ha vendido 2,000 dispositivos.

Su sensor permite que los usuarios analicen muestras de cannabis para conocer su potencia y contaminación por plaguicidas.

"Acabamos de firmar un acuerdo de distribución por 4 millones de dólares para suministrar estos analizadores a tiendas hidropónicas de la industria del cannabis", comentó.

La segunda versión – llamada MyDx2 – aparecerá a fines de este año y estará habilitada con sensores para analizar el agua, el aire y los alimentos (no el cannabis). Buscará metales pesados, pesticidas y otros químicos a partir en unas pocas gotas de agua (o una muestra de aire). Un futuro sensor futuro examinará la presencia de plomo.

Los sensores de agua, aire y alimentos también funcionarán con la máquina original.

Una marca de aprobado o reprobado aparecerá en la pantalla en seis minutos. Yazbek dijo que los resultados se califican según los estándares de seguridad establecidos por las agencias gubernamentales.

A diferencia de la primera MyDx, Yazbek quiere que su sucesor sea más apto para el consumo masivo.

"Tendrá un precio de 349 dólares, pero me encantaría lograr bajarlo a menos de 100", indicó.

También quiere asociarse con ciudades como Flint y estados como Alabama, donde el agua contaminada es un problema grave. El objetivo es llevar el dispositivo a los hogares a un costo subsidiado, o incluso de forma gratuita.

"También estamos abiertos a la idea de entregar el dispositivo a las escuelas de forma gratuita", apuntó. "Mi visión es que nuestras máquinas estén en todas las ciudades, en las manos de tantas personas como sea posible para que puedan protegerse a sí mismas".

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