Retos y beneficios de tener una nueva Bolsa de valores
BIVA, la nueva Bolsa de valores de México, está en los ajustes finales para comenzar a operar.
De acuerdo con analistas y expertos consultados, la Bolsa Institucional de Valores (BIVA) traerá retos y beneficios al mercado de valores mexicano. Por un lado, permitirá que la compra-venta de acciones sea constante, que haya un mayor volumen de operación y menores costos de listado. Pero por otro, afronta el reto de robustecer al mercado y evitar que la consecuencia sea únicamente que se reparta el volumen entre ambas ella y la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
“Por muy sexy que suene que haya dos Bolsas en México, no hay suficiente volumen, y la nueva solo va a golpear a la que existe. Al final, posiblemente nos quedamos con dos Bolsas medio flojas y nada más”, dijo un experto que pidió el anonimato.
Regularmente, cuando un país tiene más de una Bolsa es porque hay especialización. En el caso de Canadá, una de sus Bolsas se enfoca al sector minero, mientras que Estados Unidos tiene una para firmas industriales (Dow Jones) y otra para tecnológicas (el Nasdaq), y solía tener Bolsas regionales.
BIVA tiene el ojo puesto en las empresas medianas.
En México existen alrededor de 17,000 empresas medianas, de las cuales 60% no cuentan con ninguna fuente de financiamiento, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Y hay grandes empresas como El Zorro Abarrotero que compiten al tú por tú con firmas como Walmart, y que no están listadas porque los costos de hacerlo pueden ser muy elevados, opinó Minero. Tener a BIVA puede facilitar su llegada al mercado.
“BIVA tiene en su pipeline a 50 emisoras. Es decir que, una vez que comience a operar 50 nuevas empresas pueden llegar a cotizar al mercado de valores, que es mucho más de lo que se ha listado en los últimos años, donde vemos tres emisiones de capital al año”, dijo José El-Mir, socio de la consultora PwC. El diferencial entre ambas Bolsas no serán los costos, que seguirán siendo los mismos para ambas, sino el servicio que se les brinde a las emisoras, agregó este experto.
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Los primeros beneficiados serán los inversionistas y los operadores, opinó Juan Carlos Minero, director de inversiones del fondo Black Wallstreet Capital. “Para nosotros, como operadores, representa una mayor certidumbre, pues cuando una de las Bolsas falle, se mantendrá la operación para seguir ejecutando órdenes (de compra-venta)”, explicó.
Además, según el especialista de PwC, el que llegue una nueva Bolsa es benéfico para el mercado, pues habrá doble esfuerzo de marketing para atraer a más empresas al mercado bursátil como un medio de fondeo, lo que puede cambiar la cultura empresarial mexicana y fomentar más gobiernos corporativos.
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Llevar empresas medianas a Bolsa tiene sus riesgos, dijo El-Mir, pues no están acostumbradas a cumplir con las exigencias de transparencia y gobierno corporativo, y eso puede perjudicar a los inversionistas
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Nuevos instrumentos
Con más de 120 años de historia, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) ha desarrollado diversos instrumentos para que más empresas entren a cotizar al mercado. El más reciente fue el Spac (Empresa de Propósito Especial de Adquisición), que es un instrumento en el que una empresa se lista con la finalidad de obtener recursos y adquirir una o varias empresas.
BIVA se beneficiará de esto. “Los productos que existen en el mercado financiero son productos que están en el mercado de valores y que pueden ser utilizados por las empresas y por inversionistas, independientemente de que exista una o muchas Bolsas, lo cual habla de un mercado en proceso de maduración”, dijo Manuel Olivo, director de Promoción y Emisoras de la BMV.
