El suministro de gasolina sobrevive ‘con alfileres’
Pemex ha destacado que la infraestructura de transporte y almacenamiento de combustibles no sufrió daños mayores tras el sismo del 19 de septiembre , por lo que pidió no generar compras de pánico en las gasolineras de los estados afectados, como la Ciudad de México.
Pese a ello, en las primeras horas tras el sismo de 7.1 grados, las gasolineras de avenidas principales comenzaron a llenarse de usuarios que creían que el suministro podía tener problemas. Incluso hubo personas saliendo de las estaciones de servicio con bidones.
Por eso Pemex quiso tranquilizar a la población, con un comunicado emitido ayer miércoles en el que aseguró que la infraestructura está ilesa.
La infraestructura de Pemex ha resistido inundaciones, huracanes y sismos, pero el suministro sobrevive 'con alfileres' porque México tiene sólo 3.4 días de inventarios de gasolinas Magna y Premium, además de otro tanto para Diésel y de apenas 2 días para la turbosina, según datos de la Secretaría de Energía (Sener).
“Estos valores reflejan que es necesario que el país cuente con una reserva de inventarios de dichos productos en los que México es particularmente deficitario”, explica la dependencia, en el proyecto de 'Política Pública de Almacenamiento Mínimo de Petrolíferos'.
Las 79 terminales de almacenamiento y reparto (TAR) son las únicas que en realidad sirven para tener combustibles disponibles para su venta en un día, aunque existe la posibilidad de contar con producto que se guarde en las refinerías de Pemex, o que esté en vías de llegar a través de la red de ductos. Con ello, el almacenamiento crece a cerca de 14 días, pero esta cifra no sirve para afirmar que existe independencia en el tema energético, admite la propia dependencia.
Resiste el sismo, los temporales y el pánico
La infraestructura de Pemex ha soportado por ahora el sismo de esta semana, pero ya estaba afectada por el temblor del 7 de septiembre con epicentro en Oaxaca, donde se encuentra la refinería de Salina Cruz. Además, esa planta ya venía afectada desde julio por inundaciones que pararon su producción por semanas, por lo que hubo que recurrir a más importaciones de lo normal.
El huracán Harvey, en Texas, también afectó a la red de suministro mexicana, a finales de agosto. Pero hubo más problemas: la capacidad también se vio perjudicada cuando una embarcación no pudo suministrar combustible importado en Tuxpan, en diciembre del año pasado, provocando desabasto en el centro del país.
Pemex debe dar a conocer sus cifras mensuales de petróleo y petrolíferos este viernes, y ahí se verá cómo los últimos acontecimientos en agosto afectaron la mezcla entre la producción y la importación de gasolinas, que para julio mostraban que casi el 70% de los combustibles provenía del extranjero.
Los problemas de cálculo
El cálculo de los inventarios tampoco contempla los días atípicos de demanda, como los que se pueden ocasionar con las compras de pánico tras un fenómeno natural como el sismo. Esto puede generar un problema en el momento de hacer un cálculo sobre el número de días de abasto, que sale de dividir la capacidad de las TAR por el consumo promedio diario en un año.
“El considerar el volumen vendido por un agente económico en el año inmediato anterior, presenta los siguientes problemas: no considera la estacionalidad de la demanda, lo que implica que en caso de suceder un incidente en temporadas de mayor demanda, se podría no estar preparado”, explica Pemex en un comentario al documento presentado por Sener en la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer).
Ese documento se hizo público desde marzo con la intención de crear una guía para que el país pueda aumentar su capacidad hasta cinco días en 2018 y 13 días en 2025.
