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Cómo han cambiado en medio siglo las 500 empresas más importantes de México

La economía nacional ha evolucionado, pero la mayor parte de las empresas más importantes del país siguen siendo las mismas. Las principales industrias todavía son las más tradicionales.

Medio siglo ha pasado y el mundo ha cambiado. La tecnología nos ha inundado y podemos hacer cosas que antes eran inimaginables. Pero hay algo que no cambia, al menos no en México: las principales empresas del país siguen siendo las mismas.

Del primer ranking en 1975 -que en lugar de las 500 contaba a las 300 principales empresas de México- los nombres del top 10 siguen siendo (casi) los mismos: Pemex, CFE, Teléfonos de México (integrado en América Móvil), Aurrera (ahora Walmart) y Chrysler.

Lo que tienen en común estas empresas es que se han ido adaptando a los cambios de un país que en la década de los 60’s tenía una expectativa de crecimiento muy importante a nivel global, pero que para los 70’s el desarrollo estabilizador y la sustitución de importaciones le puso freno a las expectativas. “Cuando tienes una economía de este tipo, la haces altamente dependiente y poco competitiva, tienes empresas que generan empleos, pero no necesariamente rentabilidad a esto se le agrega que hay sectores estratégicos -especialmente la energía- que estaban concentrados en el Estado”, cuenta Mauricio Hurtado,socio director de PwC México.

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Con los 80’s y 90's una nueva era llegó: la globalización. Etapa a la que México entró un poco tarde, pero que supo aprovechar al impulsar la maquila aprovechando su ventaja geográfica y enfocándose al sector automotriz. Esta apertura le dio también la oportunidad a las empresas mexicanas de hacerse más globales y algunas -como Bimbo- incluso se han hecho líderes en la industria global.

Sin embargo, los sectores tradicionales siguen siendo el bastión de la economía mexicana: consumo, automotriz y energía. Evidencia que el país se estancó a la hora de ser innovador.

En los últimos 30 años, México dejó de lado el desarrollo positivo que genera la tecnología. La economía mexicana ha adoptado y asimilado las tecnologías que vienen de fuera en los procesos productivos y tecnológicos, pero no las genera y eso, por un lado limita la capacidad de tener nuevas empresas que puedan competir con las grandes tradicionales
José Luis de la Cruz, director general del IDIC.

La generación de nuevas tecnologías es algo que sí pasó en otras grandes economías como Estados Unidos e incluso en algunas emergentes como China, Japón, India y Corea, países donde las empresas más destacadas que han desbancado a las firmas tradicionales son de perfil tecnológico.

A esto se le suma que México es una gran economía -la número 15 del mundo-, pero su desempeño económico está en función de pocas grandes empresas. De acuerdo con el censo económico del Inegi, 2,000 grandes empresas generan el 45% del valor agregado del país, mientras que 4.5 millones de micro y pequeñas empresas -dedicadas principalmente a servicios y comercio al por menor- generan el restante 55%.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha señalado en diversas ocasiones -y estudios- que una de las principales razones por las cuales las empresas enfrentan dificultades para crecer es la falta de conocimientos técnicos y habilidades gerenciales, y el limitado acceso al financiamiento.

Si no se promueve y aplica una política pública que fomente el desarrollo de las Pymes en grandes empresas, y la creación de nuevas compañías enfocadas en la aplicación de soluciones tecnológicas, el país podría mantener su rezago.

Los próximos años van a estar caracterizados por un dinamismo inédito, basado mucho en nuevas aplicaciones de las tecnologías, nuevos enfoques de la fuerza laboral. Las empresas que van a tener éxito son aquellas que continúen desarrollando su capacidad de adaptación a cambios constantes
asegura Hurtado

En esta encrucijada se encuentra Pemex, que siempre ha sido la número una en el ranking, aunque eso podría cambiar. A la firma estatal le puede quitar la corona si no cambia la visión de su gestión y virá hacia las energías alternas y la innovación en su operación, advierten los especialistas.

Pero no es la única. La velocidad a la que se mueve el mundo puede cambiar el mapa empresarial en el mediano plazo. “A mí me parece que es momento de darle la vuelta a la página y no tenerle miedo a las grandes empresas que surjan de la innovación. La gran política que México tiene que establecer es un sistema educativo que genere ingenieros, técnicos, científicos que desarrollen procesos de innovación tecnológica, un sistema fiscal y de financiamiento que favorezca la generación e incubación de nuevas tecnologías y en función de eso podremos ver nuevas empresas que desarrollan innovación y que eso les va a permitir crecer y ocupar los puestos que hoy siguen estando en manos de empresas más tradicionales”, dice De la Cruz.

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