En solo 10 semanas, un conjunto de empresas entre las que se encuentran Femsa (a través de Torrey), Grupo Coppel, Metalsa, Nemak y Ternium, así como universidades como el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, cambiaron su ADN para diseñar un ventilador automático, el VSZ-20-2, de bajo costo y cuya cadena de suministro para su manufactura es nacional.
En junio, la Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos (AMID) liberó algunas de sus patentes para la manufactura de diferentes dispositivos médicos, con el objetivo de garantizar la producción y satisfacer el alza en la demanda de estos equipos ante la emergencia sanitaria.
Salvador Almaguer, director de operaciones en Femsa Torrey, que fabrica equipos para el procesamiento, pesaje y conservación de alimentos, relata que los grupos que comenzaron con el diseño de este ventilador basaron su diseño en prototipos libres que ya se comercializan en el mercado, con el fin de ahorrar tiempo. Después vino el desafío de la manufactura.
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“El principal reto fue reinventarnos como empresa. Tuvimos que actuar de una forma ágil para poder alinear nuestros conocimientos y los de otras compañías para generar un producto que era completamente nuevo para todos”, explica en directivo. Algunas compañías de este equipo son del sector automotriz y otras cuentan con experiencia cercana a la manufactura de dispositivos médicos, pero no en la creación de un ventilador.
Cadena de suministro mexicana
La manufactura de cada ventilador requiere al menos 17 movimientos en diferentes plantas y países, por lo que el desafío para este grupo era crear nuevas cadenas de valor para mantener la creación de su respirador. “Todo el mundo estaba tratando de tener una solución de ventiladores. Nos enfrentamos al reto de la cadena de suministro para el proceso de escalamiento del prototipo, no había en el mercado y todos querían los mismos sensores o válvulas y teníamos que enfocarnos en insumos que fueran diferentes”, afirma Almaguer.