El precio refleja una prima de 20% respecto del promedio del valor de cotización de los papeles de la emisora en los últimos 30 días en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), dijo Lala en un comunicado, en el que añadió que la operación está sujeta a las autorizaciones corporativas y regulatorias correspondientes, incluida la de Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
El fideicomiso que ahora controla la compañía tiene 54.9% de las acciones del grupo y algunos de los miembros del Consejo, incluido el presidente, Eduardo Tricio, quienes es el principal accionista de control y su familia inmediata, son beneficiarios del mismo, y mantienen directa e indirectamente tenencias mayores al 1% y al 10% del capital.
El grupo tuvo un buen arranque de año. Sus ventas netas del primer trimestre subieron hasta los 20,043 millones de pesos, un incremento de 3.3%, a pesar de partir de una base comparable alta, debido a las compras de pánico derivadas de la pandemia en marzo del año pasado, y del efecto adverso por la depreciación de 16.9% del real brasileño respecto al peso mexicano.
Además su acción ha visto una recuperación en Bolsa sin embargo, ha tenido problemas para convencer a los inversionistas. Bajo la condición de anonimato, varios analistas que siguen a Lala afirman que están preocupados por la rotación de directores generales, la dificultad para encontrar un líder que no sea Arquímedes Celis y la injerencia del presidente, Eduardo Tricio, en los asuntos de la dirección general.
Muchos grandes fondos de inversión prefieren compañías con un gobierno corporativo sólido. En el tercer trimestre de 2019, antes de la salida de Mauricio Leyva, había 74 fondos invertidos en Lala, según datos de Bloomberg. Para el primer trimestre de 2021, después de la rotación en la dirección general, esa cifra había caído a 36. En ese periodo, 43 fondos de inversión se salieron de la empresa, y sólo entraron cinco nuevos. Esta 'desbandada' de grandes inversionistas explica por qué no se recupera el valor perdido en el mercado.