El fabricante automovilístico francés Renault anunció que está siendo investigado por un presunto fraude en los controles anticontaminación de motores diésel de viejos vehículos.
La justicia europea había abierto, a finales de 2020, la posibilidad de investigar en Francia a los fabricantes implicados en el escándalo conocido como dieselgate, que en 2015 sacudió al sector en Alemania, y que acabó costando miles de millones de dólares a los fabricantes.
Volkswagen reconoció en otoño de 2015 que había equipado 11 millones de vehículos diésel con un programa que podía disimular las emisiones de gases, que llegaban en algunos casos a superar 40 veces los límites legales.