Bayer subrayó que la negación del permiso no afecta su negocio actual y señaló que el año pasado la empresa dejó de trabajar en sus variedades híbridas de maíz HT3 debido a los retrasos reglamentarios en la Unión Europea en favor de una nueva línea HT4 que la empresa espera lanzar más tarde esta década.
No obstante, Bayer criticó lo que describió como continuos retrasos regulatorios de la Cofepris, así como la posibilidad de que se nieguen más permisos que podrían tener un "impacto devastador" en las cadenas de suministro mexicanas.
La empresa dijo que los cultivos modificados genéticamente, incluido el maíz, han sido sometidos a más pruebas de seguridad que "cualquier otro cultivo en la historia de la agricultura" y han sido considerados seguros para los seres humanos, los animales y el medio ambiente.
La oficina de prensa de la Cofepris no respondió a las múltiples solicitudes de comentarios.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, emitió un controvertido decreto a finales del año pasado que esbozaba un plan de tres años para prohibir el herbicida glifosato y el maíz transgénico para el consumo humano.
Las asociaciones de la industria han criticado duramente el plan y han intentado sin éxito frenar el plan en tribunales, argumentando que se corre el riesgo de una disputa comercial con Estados Unidos.
Si se interpreta que la prohibición incluye al maíz para alimentación de ganado u otros usos industriales, dicen que en última instancia afectará a los consumidores con precios más altos de los alimentos.
La prohibición prevista, sin embargo, es popular entre ecologistas y los defensores de la salud alimentaria que argumentan que la pulverización de glifosato en los cultivos transgénicos diseñados para tolerarlos es realmente perjudicial.
El glifosato fue promovido por la marca de herbicidas Roundup de la empresa agroquímica Monsanto, que fue comprada por Bayer como parte de una adquisición de 63,000 millones de dólares en 2018.