En esta última carta, los senadores piden a la administración de Estados Unidos que haga pública su postura sobre la reforma energética del mandatario mexicano y haga de esta problemática una prioridad en la discusión. “Urgimos a la administración de Biden a que exprese enérgicamente nuestra preocupación sobre la perjudicial agenda de combustibles fósiles del presidente López Obrador”.
En noviembre pasado, Ken Salazar, el embajador de Estados Unidos en México, hizo un corto y diplomático pronunciamiento sobre la reforma que está siendo discutida de manera pública desde el lunes pasado. “Estamos viendo a ver si hay algunos caminos en que podamos llegar a una resolución. No sé si eso sea posible”, dijo el demócrata sobre los cambios legislativos que revertirían la mayoría de lo pactado con la reforma de 2013.
El lunes, Andrés Manuel López Obrador informó durante su conferencia matutina en Palacio Nacional que esta semana recibirá a Jennifer Granholm, secretaria de Energía de Estados Unidos, con quien no hay temas “vedados”, por lo que –adelantó– incluso trataría la reforma eléctrica. En la carta, los congresistas piden a la representante estadounidense abordar la iniciativa de reforma de México durante su próximo encuentro con el gobierno mexicano.
La iniciativa de reforma mexicana produciría un aumento en el uso de combustibles fósiles como resultado de la mayor utilización de las centrales propiedad de la estatal CFE, debido a un cambio en el orden de despacho de las plantas generadoras de electricidad.
Y más allá del uso de combustibles fósiles, los cuatro congresistas aseguran estar preocupados por la posible cancelación de las concesiones de minerales estratégicos, como el litio y el cobre. “[La reforma] va en contra de la históricamente fuerte relación económica entre México y Estados Unidos”, dice la carta.