El precio de la gasolina ha seguido la tendencia de la cotización del precio internacional del petróleo. El combustible tocó su precio más alto el mismo día en que las principales mezclas registraron su cotización más alta en los mercados. Ese 8 de marzo el crudo Brent cerró en 127 dólares por barril y el West Texas Intermediate (WTI) en 123 dólares por barril, sus precios más altos desde 2008.
Y ahora la tendencia a la baja del precio internacional del petróleo ha contribuido a una baja en la cotización de las gasolinas. Ayer el Brent y el WTI cerraron en 98 y 96 dólares por barril, respectivamente, dejando atrás la tendencia por encima de los 100 dólares que registraron tras el inicio de la ocupación rusa a Ucrania.
La cotización internacional de la molécula es apenas un componente del precio en que se vende el combustible al consumidor final. A ésta se suman los costos logísticos, el margen de ganancia de las estaciones de servicio y los distintos cargos tributarios desde la Secretaría de Hacienda, que actualmente no están siendo aplicados en su totalidad para evitar un aumento drástico en los precios. En las últimas semanas el precio de referencia ha ampliado su porcentaje en la fijación total del precio.
El nerviosismo de los mercados respecto a una probable escasez del crudo no ha cesado, pero las últimas medidas de confinamiento en China tras un nuevo brote de Covid-19 en el país, la escasez de compradores y las expectativas por la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos para contener la inflación abonaron a una baja en la cotización de los commodities.
Pero la baja de estos últimos días podría no ser de largo plazo, dicen analistas. El conflicto armado en Europa del este y las sanciones económicas a Rusia seguirán fungiendo como los principales factores determinantes en la cotización del petróleo y de los combustibles.
Generalmente el aumento en el precio de referencia de la gasolina no se refleja de manera inmediata en cómo se vende al público, explicado principalmente por la rotación de inventarios de los diferentes participantes en la cadena, explica Daniel Rodríguez, director asociado en OPIS.
Pero mientras los precios suben de manera vertiginosa ante un temor de un aumento aún mayor en la cotización de la molécula, los precios caen de manera lenta porque los comercializadores intentan recuperar las inversiones destinadas a comprar inventarios caros.
“Generalmente las subidas suelen ser más rápidas porque los retailer saben que cuando van a tener que hacer un cambio de inventario les va a salir más caro, entonces van a tener que maximizar los ingresos para tener suficiente flujo de efectivo para la próxima compra y una vez que caen los precios los jugadores van a tratar de recuperar el dinero que pusieron en ese inventario”, dice Rodríguez.