Las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con la generación de energía eléctrica rompieron un nuevo récord en 2021 y China fue el principal protagonista en este aumento.
Un estudio de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) dice que la fuerte recuperación económica tras la crisis de Covid-19 fue la causante del aumento récord a 36,000 millones de toneladas, por encima de los niveles pre-pandémicos. La razón: las principales economías recurrieron a la generación con carbón para suplir su demanda al alza. El carbón representó más del 40% del crecimiento general de las emisiones mundiales.
La pausa en el desarrollo de algunos proyectos renovables –que pretendían aumentar la oferta– y los altos precios del gas detonaron el uso de las carboeléctricas, muchas de ellas ya con una tendencia a la baja en su uso, impulsaron el mayor uso de carbón. Los precios récord del gas natural han hecho que los costos de operación de las plantas de carbón sean considerablemente más bajos que las plantas de ciclo combinado. Esto ocurrió principalmente en Estados Unidos y Europa.
Esta fuente de generación creció en gran medida, pese a que la producción vía métodos renovables también vio su mayor crecimiento y la generación nuclear también aumentó.