Para Fernando Borjon, excomisionado del Instituto Federal de Telecomunicaciones, llevar conectividad especialmente a zonas que se ubican en sierras, montañas o en el mar, a través del sistema satelital es idóneo, pues la fibra óptica representa mayores dificultades para realizar enlaces.
“Tenemos un país hermoso pero con una orografía muy complicada para pasar con fibra óptica, además tenemos un terreno que está supeditado a terremotos, y de repente, se puede caer un pedazo de cerro y cortar la fibra óptica. No es fácil cubrir México”, asegura Borjon quien también es miembro de la junta del Reglamento de Radiocomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
El especialista aceptó que el uso de sistemas satelitales para fines de conectividad sí es más económico así como ágil, debido a que "no se requiere pasar por tantos trámites burocráticos" ni "solicitar permiso" a los gobiernos municipales. Tampoco hay que pagar 'derecho de piso' para el despliegue.
“A veces llevar la fibra óptica, por ejemplo, del centro Oaxaca a una parte de la sierra, requiere pasar por ejidos y por municipios y tienes que pasar por mucha gente que te quiere cobrar derechos o inclusive que te prohíben el paso de los cables de fibra”, detalla Borjon.
Los satélites son una buena alternativa, pero no para todos
Aunque el sistema satelital puede ser una opción para conectar a población que vive en sitios de difícil acceso no debe ser el único recurso para cerrar la brecha digital, por el contrario, el gobierno debe agotar todas las opciones que se tengan para lograrlo.
“La conectividad la tienes que llevar de manera correcta porque si vas a querer conectar todo por satélite eso no está bien, necesitamos redes robustas que generen calidad. Las redes satélites son importantes pero no es la misma calidad que tienen las redes fijas. El satélite es viable sólo para áreas remotas, pero antes hay que hacer un enorme esfuerzo para desarrollar una despliegue de redes con incentivos regulatorios y económicos que no han existido hasta el día de hoy”, aseveró Jorge Fernando Negrete, presidente de Digital Policy Law.
Ambos especialistas coinciden en la urgencia de desarrollar una política digital nacional que coordine los esfuerzos tanto del gobierno de la iniciativa privada para lograr conectar a las personas que aún no tienen acceso a internet, así como desarrollar sus habilidades digitales.
“Hay una falta de liderazgo para encabezar esa política, el presidente carece de esa visión, lo hemos visto con la desaparición de la Subsecretaria de la SICT, con el bajo presupuesto de CFE Telecom. Por más que quieran no tienen dinero para hacerlo y no tienen una convocatoria para que el Estado se mueva y sume esfuerzos públicos y privados para resolver los problemas de brecha digital”, expresó Borjon.
De acuerdo con la Encuesta de la Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) del Inegi, el número de usuarios con acceso a internet en México llegó a 84.1 millones, lo que representa que 28% de la población de seis años en adelante no se conectó a la red.
Además, en 2020, año marcado por la pandemia de COVID-19, 78.3% de la población urbana es usuaria de internet, mientras que en zona rural la población con acceso a conectividad es de 50.4%, lo que significa que la brecha digital aún persiste.