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La Ley de EU que redefinirá la postura de las empresas ante el cambio climático

El partido demócrata conquistó uno de sus puntos claves: la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación. La legislación marca una inversión récord en energías renovables.
mié 17 agosto 2022 05:00 AM
La Ley de EU que redefinirá la postura de las empresas ante el cambio climático
La legislación quiere disminuir la cantidad de metano emitido, uno de los gases responsables del cambio climático.

El legislativo de Estados Unidos aprobó hace unos días el proyecto para mitigar el cambio climático más ambicioso en su historia. La legislación, firmada ayer por el presidente demócrata Joe Biden en la Casa Blanca, tiene como fin principal reconfigurar la economía estadounidense y sacarla de la dinámica en que la dejó inmersa la pandemia y el conflicto armado en Europa del Este. El proyecto, perseguido por los demócratas por más de un año y con una oposición total por parte de los republicanos, ha sido denominado como la Ley de Reducción de la Inflación.

Los economistas estadounidenses descartan un impacto en el corto plazo sobre los niveles inflacionarios. Pero lo aprobado tiene un lado b: la legislación se ha colocado ya como una de las grandes medidas a nivel internacional en cuanto a la mitigación del cambio climático. “Es el mayor paso hacia adelante en materia del clima”, ha dicho Biden ayer durante la firma del proyecto que también busca mejorar las prospectivas del partido demócrata ante las próximas elecciones intermedias de noviembre.

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Biden ha colocado la lucha contra el cambio climático como una de sus grandes prioridades desde que fue elegido presidente. Pero su administración no había logrado ningún cambio ambicioso como éste. El proyecto incluye inversiones por alrededor de 370,000 millones de dólares durante la próxima década en nuevos proyectos relacionados con energías renovables y reducción de emisiones. También aumentaría los impuestos -a un mínimo de 15%- a las grandes corporaciones con ganancias por encima de los 1,000 millones de dólares anuales. Esto último financiaría en gran medida el ambicioso plan.

“[El gasto] sólo supondría 0.1% del producto interno bruto previsto para el mismo periodo [la siguiente década], pero podría tener un efecto catalizador en la transición energética”, ha escrito el economista Paul Krugman, en una de sus columnas en The New York Times. “Y también podría transformar la economía política de las políticas climáticas”. El diario The Washington Post también ha calificado la regulación como “el proyecto de ley más grande de la historia de la nación”.

El plan de Biden, que se ha lanzado también en búsqueda de recuperar popularidad entre los votantes, es menos ambicioso de lo que buscaban los demócratas en un inicio, aún así contempla importantes medidas, principalmente nuevos incentivos para que las compañías produzcan más electricidad renovable y para que los hogares transformen su uso de electricidad.

El proyecto contiene al menos 260,000 millones de dólares en créditos fiscales para la construcción de nuevos proyectos de energía renovable o la fabricación de partes que se usan en la edificación de parques eólicos y solares y da un crédito de 30% para que los hogares estadounidenses instalen paneles solares o mejoren sus instalaciones de aislamiento o aire acondicionado.

La ley también pretende dar un impulso al uso de autos eléctricos. Plantea créditos fiscales por 80,000 millones de dólares para compradores de estos vehículos, aunque solo incluye a los modelos fabricados en Norteamérica. Y da recompensas a las grandes empresas de petróleo y gas que disminuyan sus emisiones de metano.

Las estimaciones de los analistas, citados por diarios estadounidenses, indican que, con este paquete, Estados Unidos podría reducir sus emisiones de gases contaminantes hasta 40% hacia 2030, en comparación con lo emitido en 2005. Las reducciones estarían por debajo de la administración demócrata, que había colocado como meta hasta 50% menos emisiones. Pero serían lo suficiente para colocar al país al frente de la carrera en busca de la mitigación del cambio climático.

La llegada de Biden a la Casa Blanca -en enero del año pasado- ha implicado un cambio en el discurso en la política energética mexicana. La administración estadounidense ha señalado la preocupación respecto a que su país vecino no esté tomando acciones para disminuir su uso de combustibles fósiles. En junio pasado, y después de una serie de visitas de funcionarios y empresarios estadounidenses a México, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció, como parte de un decálogo, acuerdos con 17 empresas estadounidenses para generar más de 1,800 gigawatts de energía eólica y solar. Pero los detalles de los acuerdos no se han dado a conocer y el inicio del proceso de consultas entre México, Estados Unidos y Canadá por desacuerdos en la política energética han dejado en vilo los anuncios.

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