Cuando el ecuatoriano Javier Moreira llegó a México, no podía creer los precios de los productos. Le sorprendía que un país con riqueza económica y una posición geográfica privilegiada tuviera las deficiencias logísticas con las que se encontró, en materia de la capacidad en los puertos, los ferrocarriles y el autotransporte. “Me sorprende que todavía el mercado no esté consciente del crecimiento que está teniendo México y que su infraestructura esté desactualizada”, dice.
Moreira dirige, desde hace casi dos años, a la naviera de origen francés CMA CGM en México. Tiene una trayectoria de 30 años en el sector marítimo-portuario y, antes de llegar al país, estaba en Colombia, donde no veía lo que ahora aquí. “Cuando hoy veo el tiempo de espera que tiene un barco fuera del puerto, son tiempos que exceden los cinco días en los principales puertos”, sostiene, al tiempo que recuerda que ‘chartear’ un barco (rentar) cuesta 50,000 dólares por día y que, cada día de sobrecostos en el retraso en la operación, se traslada a los consumidores y esto abona, justo, al precio de los productos.