"China está construyendo enormes fábricas de automóviles en México" y "van a venderlos en Estados Unidos" porque al estar cerca de la frontera tienen "todas las ventajas y ninguna de las desventajas", se quejó.
"Y ese va a ser el fin de Michigan. Va a ser el fin de, francamente, Carolina del Sur, va a ser el fin de todo", añadió el republicano, en unos de sus usuales pronósticos sombríos. Y aseguró que si él gana las elecciones presidenciales el 5 de noviembre los mexicanos "no van a vender un solo coche en Estados Unidos".
El magnate de 78 años, muy igualado en las encuestas con su rival demócrata Kamala Harris, amenaza con imponer aranceles de 100%, 200% e incluso más, convencido de que esto se traducirá en la construcción de "miles" de empresas en el país.
"Cuanto más alto sea el arancel, más probable es que venga a Estados Unidos y construya una fábrica (...) para no tener que pagar el arancel", opinó. Según él el efecto será "masivo" pero "positivo" y niega que vaya a repercutir en el bolsillo del consumidor.
Numerosos economistas opinan por el contrario que sus planes económicos harán aumentar la deuda y la inflación.
Trump, que asegura ser "muy bueno en matemáticas", les lleva la contraria: "Hay otra teoría que dice que si los aranceles son tan altos, tan terribles, tan odiosos, (las compañías) vendrán de inmediato". No solo ve a México como una amenaza, sino a otros países, incluidos los aliados que, según él, comercialmente hablando, "se han aprovechado" de Estados Unidos más que los "enemigos".