Nearshoring impulsa la innovación farmacéutica en México: una visión estratégica

México cuenta con varios factores que lo posicionan como un jugador clave en la estrategia de nearshoring. Su ubicación geográfica, con una extensa frontera de más de 3,000 kilómetros con Estados Unidos, es uno de los principales activos. Sin embargo, Bernal Carmona destaca que esta ventaja sería irrelevante sin una cadena de suministro eficiente, plantas de manufactura adecuadas y, sobre todo, talento calificado. "La ubicación geográfica por sí sola no es suficiente", comenta. "Son la infraestructura y el talento de los elementos más relevantes que hacen que México sea un lugar único para invertir".

El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) también ha jugado un papel fundamental en atraer inversión extranjera. Señala que 50% de los más de 30 mil millones de dólares en inversión extranjera que México ha recibido proviene de empresas de América del Norte. Este flujo de capital demuestra la confianza que los inversionistas internacionales tienen en la capacidad del país para aprovechar esta coyuntura.

En el sector farmacéutico, el nearshoring ofrece la posibilidad de expandir la producción no solo para el mercado local, sino también para satisfacer la creciente demanda en Estados Unidos. Actualmente, la industria farmacéutica representa casi el 2% del PIB de México, con plantas de manufactura distribuidas por todo el territorio nacional y talento especializado en diversas áreas. El directivo subraya que este es un momento crucial para que la industria farmacéutica aproveche las oportunidades que otras industrias, como la automotriz, ya están capitalizando.

Tiempo de remontar desafíos

A pesar de este panorama alentador, el gerente general de BMS México también reconoce que existen desafíos. La infraestructura, la energía y el suministro de agua son áreas que necesitan fortalecerse para que México siga siendo competitivo a nivel global. En el ámbito de la salud, el marco regulatorio es otro reto importante. Si bien el T-MEC ofrece un marco sólido, es crucial garantizar la certeza jurídica y el respeto a la propiedad intelectual.

Un aspecto crítico que afecta la competitividad de México es el tiempo que toma aprobar estudios clínicos. Mientras que en otros países los procesos de aprobación duran alrededor de 1 mes, en México este tiempo se extiende a más de un año (400 días). Esto retrasa la llegada de la innovación y reduce la competitividad del país en comparación con otras regiones del mundo. "En países desarrollados, un nuevo tratamiento puede llegar a los pacientes en un año", explica. "En México, esto puede tomar hasta cuatro años".

El entrevistado también subraya la importancia de contar con un marco regulatorio único en América del Norte que permita una mayor sincronización entre los países. Si México lograra acelerar los tiempos de aprobación de productos aprobados en Estados Unidos, la innovación llegaría a los pacientes de manera más rápida y eficiente.

Finalmente, Oswaldo Bernal resalta la importancia de foros como el Expansión Summit México del Futuro, que permiten a los líderes empresariales construir una visión compartida para el futuro de México. "Necesitamos talento con la preparación adecuada y la salud óptima para maximizar las oportunidades del nearshoring". Agrega que espacios como estos permiten alinear la visión del negocio con los recursos y canales necesarios para alcanzarlo.