El nuevo sistema se basa en Android Open Source Project (AOSP) y cuenta con un asistente digital mejorado, impulsado por modelos de lenguaje de gran escala. Esto le permite interactuar de manera más natural con los usuarios y aprender de sus hábitos.
"El nuevo BMW Operating System X no solo hará que nuestros automóviles sean más inteligentes y fáciles de usar, sino que también permitirá una personalización mucho mayor, haciendo que cada nuevo BMW sea verdaderamente único para su propietario", explicó Adrian van Hooydonk, jefe de Diseño del Grupo BMW.
La flexibilidad es otro pilar clave. A través de Connected Drive Upgrades, los usuarios pueden activar funciones adicionales, como el encendido remoto del motor o asistentes de conducción, mediante un pago único o una suscripción mensual. En Europa, por ejemplo, el paquete de servicios digitales tiene un costo de 9.99 euros al mes.
Mientras BMW refuerza su ecosistema digital, las marcas chinas siguen innovando. BYD ha integrado en sus modelos el sistema DiLink 5.0, con una interfaz altamente personalizable y actualizaciones remotas. Por su parte, Nio ha desarrollado su propio asistente de inteligencia artificial, NOMI, capaz de interactuar con los pasajeros mediante expresiones faciales en una pantalla esférica.
Para las marcas tradicionales, el reto es encontrar el equilibrio entre hardware y software. “No se trata solo de digitalizar todo, sino de lograr una interacción natural”, explicó Durach. “Por ejemplo, los controles más usados, como el ajuste de volumen o la calefacción, siguen siendo físicos porque brindan mejor usabilidad”.
Además, la nueva interfaz de BMW ha sido optimizada para la conducción. “No queremos que los conductores se distraigan buscando funciones en una pantalla”, explicó Van Hooydonk. Por ello, el diseño del nuevo volante multifuncional incorpora controles hápticos, lo que reduce la necesidad de apartar la vista del camino.
"El automóvil del futuro"
La personalización también juega un papel central. Con el nuevo sistema, los usuarios pueden adaptar la iluminación interior, el sonido de conducción e incluso las animaciones de la interfaz según su estado de ánimo o tipo de manejo. “Queremos que el vehículo refleje la personalidad del conductor”, afirmó Durach.
Otro punto de diferenciación es la seguridad digital. Mientras que algunas marcas chinas han sido cuestionadas por sus políticas de datos, BMW enfatiza que su sistema cumple con estrictos estándares de ciberseguridad y privacidad en cada mercado donde opera.
Sin embargo, la competencia sigue evolucionando. Empresas como Huawei, que desarrolla software para Seres y Aito, han demostrado que los gigantes tecnológicos también buscan dominar el ecosistema digital de los automóviles.
La clave del futuro automotriz parece estar en la capacidad de actualización continua. “No queremos que el usuario sienta que su auto envejece digitalmente”, señaló van Hooydonk. “Seguiremos lanzando mejoras que sorprendan y agreguen valor con el tiempo”.
Mientras BMW perfecciona su sistema, Mercedes-Benz ha reforzado su plataforma MBUX con IA, mientras que Audi ha apostado por una integración más profunda con Google Services.
Para los consumidores, la elección de un auto ya no dependerá solo de la potencia del motor o el diseño. Cada vez más, el diferencial estará en qué tan inteligente, conectado y personalizable es el sistema digital.
El automóvil del futuro será, en gran medida, una experiencia de software sobre ruedas. Y aunque BMW ha dado un paso importante con su Operating System X, la batalla por la supremacía digital apenas comienza.