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La empresa que diseña tu próximo auto antes de que lo sueñes

No se trata de ciencia ficción: muchas de estas funciones ya están en producción o en fase avanzada de integración con fabricantes globales.
jue 01 mayo 2025 05:55 AM
La empresa que diseña tu próximo auto antes de que lo sueñes
La cabina de un vehículo ya no será solo un espacio físico, sino un entorno sensible, capaz de interpretar emociones, ofrecer contenido personalizado e incluso sugerir pausas activas si detecta cansancio o estrés.

Cuando hace más de una década Forvia presentó sus primeros asientos con masaje y memoria ergonómica, la industria los miró como algo novedoso. Hoy, los mismos sistemas se han convertido en un estándar de confort para los autos de gama media y alta. El viaje desde aquella innovación hasta las nuevas promesas de la empresa tiene un hilo común: anticiparse a cómo queremos habitar el coche, incluso antes de que nosotros lo sepamos.

Forvia —el grupo surgido de la fusión entre Faurecia y Hella— no es un actor menor. Está presente en casi todos los sistemas que componen el vehículo moderno: desde la iluminación exterior hasta los módulos electrónicos, pasando por las estructuras de asientos, paneles de puertas, cockpits y hasta sensores de emisiones. Pero si algo quedó claro en su más reciente “Innovation Day” es que el foco está cambiando hacia el software.

Sin abandonar el hardware, Forvia quiere que el auto del futuro también se sienta como una extensión digital de sus ocupantes. La cabina ya no será solo un espacio físico, sino un entorno sensible, capaz de interpretar emociones, ofrecer contenido personalizado e incluso sugerir pausas activas si detecta cansancio o estrés. No se trata de ciencia ficción: muchas de estas funciones ya están en producción o en fase avanzada de integración con fabricantes globales, abriendo paso a una nueva etapa: la de la personalización continua.

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Forvia ha acumulado más de una década de aprendizaje sobre ergonomía, sensores, percepción humana y electrónica embebida. A diferencia de los gigantes tecnológicos que buscan irrumpir en la industria desde fuera, Forvia ya está en el corazón del vehículo: uno de cada dos autos producidos en el mundo lleva al menos un componente suyo.

Eso le da una ventaja que pocos tienen. No necesita imaginar cómo será el auto del futuro. Ya lo está construyendo.

El auto del futuro

Entre los desarrollos más recientes está la adaptación dinámica del asiento según el nivel de estrés del conductor, utilizando datos de monitoreo biométrico en tiempo real. También ha trabajado en superficies interiores que responden al tacto con retroalimentación háptica, y en algoritmos de inteligencia artificial que ajustan la postura de manejo de forma proactiva durante trayectos largos.

Pero quizás lo más disruptivo no está en lo visible, sino en lo invisible. Forvia ha desarrollado una capa de servicios que funcionan detrás de escena: software que gestiona la energía de los componentes interiores, que interpreta los hábitos del usuario para anticiparse a sus necesidades.

El habitáculo, como lo entienden sus ingenieros, no es solo un lugar para estar. Es un sistema inteligente que puede identificar una fatiga temprana y sugerir una pausa. Que puede simular una conversación para aliviar la sensación de soledad. Que puede regular la iluminación y la temperatura para inducir un estado de calma antes de una reunión importante.

Todo esto parte de una idea que Andreas Wlasak, vicepresidente de diseño industrial, repite con insistencia: el vehículo debe ser un espacio habitable, no un producto de consumo desechable. “Queremos que el usuario sienta que el auto le pertenece, no porque lo compró, sino porque lo entiende”, dice.

El diseño, entonces, deja de ser ornamento para convertirse en infraestructura emocional.

Esto implica rediseñar por completo la relación entre las personas y la máquina. Forvia lo está haciendo con lo que llama “interior cocooning”: habitáculos que priorizan la conexión humana y emocional, por encima del desempeño técnico. Pero lo interesante es que no renuncia a la eficiencia. De hecho, la mejora.

Sus asientos, por ejemplo, ya no solo se calibran por peso y estatura, sino por comportamiento postural. Sus paneles de puerta no solo aíslan el sonido, sino que incorporan sistemas de reducción activa de ruido. Y sus pantallas —cuando las hay— no se imponen, sino que aparecen solo cuando se necesitan.

La estética sigue siendo importante, pero ya no es el eje. Lo esencial ahora es la experiencia. Y esa experiencia está siendo cada vez más moldeada por el software.

Una plataforma de app para autos

Uno de los ejemplos más visibles es el trabajo en software de conectividad. Desde Lisboa, un equipo dedicado —AppNing— desarrolla soluciones para que las marcas automotrices integren tiendas de aplicaciones directamente en el sistema del vehículo. Nada de espejar la pantalla del teléfono: aquí las apps se descargan, se actualizan y se ejecutan de forma nativa, como en un smartphone, pero sin necesidad de uno.

“Lo que estamos haciendo es llevar la experiencia del smartphone al tablero del auto”, dice Ángela Lee, integrante del equipo de ventas técnicas de AppNing. “El conductor ya no necesita conectar su teléfono para acceder a sus aplicaciones. Todo está integrado directamente en la interfaz del vehículo”.

A través de una plataforma de marca blanca —es decir, sin el nombre de AppNing o Forvia visible— los fabricantes pueden personalizar su propia tienda. BMW, uno de los primeros clientes, ya ofrece esta solución en producción bajo el nombre “ConnectedDrive”. Al suscribirse al paquete de conectividad Digital Premium, los usuarios acceden a un catálogo que incluye desde apps de música como Spotify y Deezer, hasta videojuegos, noticias y productividad.

“Antes, un fabricante que quería diez aplicaciones debía firmar diez contratos distintos. Con nosotros, firma uno solo y obtiene acceso a más de 200 apps listas para integración”, explica Lee. Para los desarrolladores, el beneficio es recíproco: “Solo crean una app, y nosotros la llevamos a múltiples marcas”.

Esa apuesta tiene lógica. A medida que los vehículos se transforman en plataformas de servicios móviles, los proveedores tradicionales necesitan repensarse. Forvia lo hace sin renunciar a su ADN industrial, pero con una narrativa más centrada en el confort emocional, el bienestar y la personalización.

Este enfoque tiene implicaciones industriales también. Al integrar software desde el diseño conceptual, Forvia puede escalar soluciones rápidamente entre plataformas, adaptar productos a distintas regiones y ofrecer paquetes personalizados a cada fabricante.

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