El impacto de los aranceles
La empresa anticipa que estos gravámenes tendrán un impacto directo en su rentabilidad. Según Schulten, los aranceles actuales representarán un lastre de entre 3 y 4 centavos por acción en las utilidades del cuarto trimestre fiscal. Mirando hacia el ejercicio 2026, la proyección es aún más severa: un golpe de 600 millones de dólares antes de impuestos derivado únicamente de las tarifas.
Ante este panorama, P&G ha iniciado una revisión a fondo de su portafolio de marcas, su cadena de suministro y su estructura organizacional. La intención es reducir costos, simplificar operaciones y abandonar mercados o categorías que no ofrezcan un retorno atractivo. La empresa prometió dar más detalles en su próxima llamada con inversionistas, programada para julio.
La reestructuración costará entre 1,000 y 1,600 millones de dólares antes de impuestos, según los cálculos preliminares. Estos montos se clasificarán como costos no recurrentes y no afectarán directamente las operaciones del negocio. Sin embargo, los analistas consideran que reflejan el nivel de presión que enfrenta la compañía para mantener su rentabilidad en un entorno incierto.
Schulten subrayó que el objetivo del programa es “proteger la capacidad de cumplir con nuestro algoritmo de crecimiento a largo plazo en los próximos dos o tres años”. Aun así, reconoció que el entorno actual sigue presentando “retos importantes”, especialmente en el corto plazo.
Una oleada de recortes
Procter & Gamble no está sola en esta estrategia. Otras grandes corporaciones estadounidenses como Microsoft y Starbucks también han anunciado recortes de personal este año, en respuesta a un enfriamiento del mercado laboral y a los crecientes costos operativos. Las tensiones comerciales y la política arancelaria de Trump han sido señaladas como factores clave detrás de estas decisiones.
Los inversionistas esperan con atención el informe de empleo de mayo que se publicará este viernes, en busca de señales más claras sobre el estado del mercado laboral estadounidense. Aunque el reporte oficial de abril superó las expectativas, los datos recientes de la firma ADP mostraron un débil dinamismo en la contratación del sector privado durante mayo.
Las acciones de P&G cayeron más de 1% durante la mañana posterior al anuncio, ampliando la baja acumulada en lo que va del año a 2%. En contraste, el índice S&P 500 ha subido poco más de 1% en el mismo periodo. La capitalización bursátil de la empresa ronda los 407,000 millones de dólares.
La presión sobre P&G llega en un momento en el que muchas compañías de bienes de consumo enfrentan el dilema de trasladar costos al consumidor o absorber el impacto en sus márgenes. En un contexto de inflación persistente y política comercial restrictiva, la segunda opción se vuelve cada vez menos viable.
El ajuste anunciado por P&G es, en palabras del propio Schulten, una medida necesaria para adaptarse a una nueva realidad de negocios. La compañía, que durante décadas ha sido sinónimo de estabilidad y liderazgo en el sector consumo, ahora debe lidiar con una economía más volátil y un consumidor más sensible al precio.
Más allá de los despidos, la decisión de replantear el portafolio y la red de operaciones podría marcar el inicio de una nueva etapa para el gigante estadounidense. Una etapa con menos empleados, menos marcas, pero también con un enfoque más selectivo y competitivo frente a sus rivales.