El interés de los inversores en Sanrio contrasta con la tendencia observada en sectores más expuestos a los vaivenes del comercio internacional. Mientras los fabricantes de automóviles enfrentan riesgos crecientes por la imposición de nuevos aranceles en Estados Unidos, las compañías de contenido como Sanrio ofrecen un perfil más defensivo.
“Las acciones relacionadas con los contenidos, que son resistentes a los ciclos económicos, ofrecen una sensación de seguridad en un entorno en el que las empresas se enfrentan a la incertidumbre de los beneficios debido a los aranceles estadounidenses”, explicó Fumio Matsumoto, estratega jefe de Okasan Securities Co.
El impulso adicional vino de la inclusión de Sanrio en el índice MSCI Japan el mes pasado, un evento que favoreció el flujo de capital internacional hacia la empresa. “La inclusión de Sanrio en el índice MSCI facilitó la compra de la empresa por parte de los inversores globales”, añadió Matsumoto.
En el mercado, el efecto fue inmediato. Las acciones de Sanrio subieron un 12% en mayo, reflejando el renovado apetito de los inversores. Jefferies Japan Ltd. elevó esta semana su precio objetivo para la compañía, anticipando un aumento en el valor de su marca y en los ingresos provenientes de licencias.
El caso de Sanrio subraya el atractivo que los negocios vinculados a la propiedad intelectual y las licencias mantienen en un entorno global volátil. A diferencia de los bienes físicos sujetos a tarifas y restricciones comerciales, los ingresos de Sanrio provienen principalmente de acuerdos de licenciamiento en todo el mundo, lo que le permite mantener márgenes saludables y un crecimiento relativamente estable.
Toyota, por su parte, sigue siendo la mayor empresa japonesa por capitalización bursátil y volumen de negocio global. Sin embargo, el reciente viraje en el volumen de negociación refleja una coyuntura en la que los inversores buscan activos menos expuestos a los riesgos derivados de la guerra comercial.
El desempeño de Sanrio también se inserta en una tendencia más amplia en los mercados asiáticos, donde las acciones de empresas de contenido, videojuegos y marcas de consumo han ganado atractivo frente a sectores tradicionales como la automoción y la manufactura industrial.