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El teatro musical en México levanta el telón como una industria rentable

Con licencias de Broadway, patrocinios privados y talento local, el teatro musical se consolida como un sector rentable que combina arte, logística y retorno financiero.
mié 30 julio 2025 10:02 AM
Renace el teatro musical en México: ¿Por qué se puso de moda?
El Rey León es una de las grandes apuestas de OCESA en la industria del teatro musical.

El teatro musical en México no es sólo entretenimiento. Es una industria en expansión, impulsada por la calidad de sus producciones, la adaptación de obras de Broadway, el respaldo de patrocinios y la obtención de licencias internacionales para títulos como El Fantasma de la Ópera, La Bella y la Bestia, o El Rey León.

El género ha ganado popularidad y hoy ocupa un lugar central en la escena teatral del país. Empresas como OCESA, Gou Producciones y Gerardo Quiroz Producciones han sabido capitalizar esta tendencia con montajes que pueden alcanzar precios superiores a los 2,500 pesos por función, y temporadas que se extienden durante años.

Julieta González, directora de Teatro en OCESA, recuerda que una de las obras que marcó el inicio de la relación entre la empresa y Disney Theatrical Group fue La Bella y la Bestia, en 1996. En ese entonces, OCESA también se encargaba de producciones en países como Brasil, Argentina y España; sin embargo, en la actualidad sus operaciones se concentran principalmente en México, con una presencia más limitada en Colombia.

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“El teatro siempre ha enfrentado muchos desafíos”, reconoce Julieta González, directora de Teatro en OCESA. Sin embargo, destaca que hoy las redes sociales se han convertido en una herramienta clave para conectar con públicos específicos. “Las historias no han cambiado sustancialmente: siempre hay una historia de amor, un antagonista y un villano”, añade.

Un fenómeno reciente también ha contribuido a atraer nuevas audiencias: las adaptaciones de grandes musicales a formatos televisivos y cinematográficos. Ejemplos como Wicked o la serie basada en Mentiras, el musical han despertado el interés de públicos jóvenes que, a partir de la pantalla, llegan por curiosidad a las funciones en vivo. En el caso de Mentiras, incluso se generó un impulso adicional no solo en la taquilla, sino también en la visibilidad de sus protagonistas en plataformas digitales como Spotify.

“Efectivamente apelan a otro público, pero no dudo que haya un llamado”, señala González. “Pasó, por ejemplo, con Chicago: cuando salió la película, revivió la obra de teatro y eso le dio 15 años más de vida. Wicked también ha provocado un ‘revival’ con gente más joven que se acerca a una historia que lleva casi dos décadas en escena”.

Uno de los momentos clave para el desarrollo del teatro musical en México, según Julieta González, fue el rediseño del Teatro Telmex en la década de los noventa. Esta renovación resultó fundamental para consolidar la relación con Disney Theatrical Group, al brindar un espacio con los estándares necesarios para albergar producciones internacionales.

A medida que la industria ha evolucionado, también ha sido más accesible encontrar talento local capacitado para participar en montajes de gran formato que se producen a nivel nacional, lo cual ha fortalecido la autosuficiencia del sector.

Aunque no existen cifras específicas sobre el valor económico del teatro musical en México, datos de la Secretaría de Economía apunta que, en el cuarto trimestre de 2024, el producto interno bruto generado por la industria del arte y el entretenimiento alcanzó los 188,000 millones de pesos, un incremento de 16.5% respecto al trimestre anterior. En ese mismo periodo, la inversión extranjera directa en el sector fue de 85.3 millones de pesos.

En Estados Unidos, por ejemplo, el teatro es un pilar del sector artístico y cultural estadounidense. En 2024, el tamaño del mercado se estimó en 6,000 millones de dólares, un valor estable respecto al año anterior, de acuerdo con Statista.

A nivel global, Mordor Intelligence proyecta que el valor de las empresas dedicadas a las artes escénicas cerrará este año en 204,340 millones de dólares. Además, anticipa un crecimiento anual compuesto de 5.67% hacia 2030, impulsado por la creciente popularidad de los espectáculos en vivo y la demanda de experiencias únicas y auténticas por parte del público.

Detrás del telón

Detrás del telón de una puesta en escena de gran formato hay una planificación que puede extenderse hasta por dos años. En el caso de El Rey León, Julieta González, directora de Teatro en OCESA, relata que la organización para su regreso comenzó desde el final de la temporada anterior, en 2015. Es decir, la planeación lleva casi una década.

Una de las principales razones de este largo proceso es la disponibilidad de la escenografía y otros elementos clave —lo que se denomina producciones físicas— que deben ajustarse al calendario internacional. Estos montajes incluyen vestuario, utilería y, en el caso específico de El Rey León, los característicos puppets, todos los cuales deben reservarse con antelación.

“Empezamos a planear para saber cuál es el equipo creativo que nos va a tocar recibir”, explica González. “Los directores originales no necesariamente viajan a montar las siguientes producciones; generalmente designan a directores asociados, coreógrafos y directores musicales. Una vez que ellos definen ese equipo humano, y después el equipo físico que nos van a enviar, entonces ya podemos establecer una fecha de estreno”.

En cuanto al elenco y el personal técnico, el proceso también es meticuloso. Se realizan hasta tres rondas de audiciones para seleccionar al talento que, además de cantar, debe actuar e interactuar con otros personajes. A esto se suma el equipo detrás del escenario: tramoyistas, músicos, iluminadores, técnicos y personal de producción. Para El Rey León, por ejemplo, trabajan alrededor de 140 personas en cada función.

De cara a esta nueva temporada, González señala que tienen la expectativa de superar la cifra de un millón de boletos vendidos, el número alcanzado durante la primera puesta en 2015. “El teatro siempre enfrenta muchísimos retos y le duele todo. Por eso abrimos temporadas ilimitadas, pensando en que tenemos que recuperar la inversión”, concluye.

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