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Jerry Greenfield deja Ben & Jerry’s tras 47 años: “Ya no puedo seguir en la empresa”

Tras 47 años en la compañía, el co-fundador de Ben & Jerry’s renunció, acusando la pérdida de independencia que garantizó la fusión con Unilever y denunciando que la empresa ha sido “silenciada”.
mié 17 septiembre 2025 10:46 AM
Cofundador de Ben & Jerry’s renuncia a la empresa tras 47 años por conflicto de valores
Ben & Jerry’s nació en Vermont en 1978 y desde entonces construyó una marca reconocida no solo por su helado premium, sino por su activismo social.

El mundo de los negocios presenció un anuncio inesperado. Jerry Greenfield, cofundador de Ben & Jerry’s, comunicó su renuncia tras casi medio siglo en la compañía que fundó junto con Ben Cohen en 1978. El mensaje fue difundido en la red social X por Cohen, quien compartió las palabras de su socio histórico y destacó que su legado “merece ser fiel a nuestros valores, no silenciado por la empresa”.

“Con el corazón roto he decidido que ya no puedo, en conciencia, y después de 47 años, seguir siendo empleado de Ben & Jerry’s. Renuncio a la compañía que Ben y yo fundamos en 1978”, escribió Greenfield en la carta que acompañó el anuncio.

El cofundador aseguró que la decisión fue una de las más difíciles de su vida. "Esta es una de las decisiones más duras y dolorosas que he tomado”. El mensaje refleja un desencuentro con el rumbo que ha tomado la empresa bajo el paraguas corporativo de Unilever.

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¿Qué pasa en Ben & Jerry's?

Ben & Jerry’s nació en Vermont en 1978 y desde entonces construyó una marca reconocida no solo por su helado premium, sino por su activismo social. En 2000, la firma fue adquirida por Unilever en un acuerdo que contempló una estructura de gobernanza singular para mantener independencia en su misión social.

Ese compromiso fue central para Greenfield. “Esa independencia existió en gran medida gracias al acuerdo único de fusión que Ben y yo negociamos con Unilever, uno que consagró nuestra misión social y valores en la estructura de gobierno de la compañía a perpetuidad”, recordó.

Sin embargo, el empresario concluyó que esa autonomía se ha erosionado. “Es profundamente decepcionante llegar a la conclusión de que esa independencia, la misma base de nuestra venta a Unilever, se ha perdido”, afirmó.

La renuncia llega en un contexto en que la compañía enfrenta tensiones entre su activismo histórico y las decisiones corporativas de su matriz. Greenfield aludió al entorno político estadounidense al señalar que la actual administración de Estados Unidos "está atacando los derechos civiles, los derechos de voto, los derechos de los inmigrantes, de las mujeres y de la comunidad LGBTQ”.

Durante más de dos décadas bajo Unilever, Ben & Jerry’s mantuvo campañas públicas en defensa de causas sociales, desde la justicia racial hasta la crisis climática. Greenfield reivindicó esa tradición. "Durante más de veinte años bajo su propiedad, Ben & Jerry’s se mantuvo firme y alzó la voz en apoyo de la paz, la justicia y los derechos humanos, no como conceptos abstractos, sino en relación con eventos reales que ocurrían en nuestro mundo”.

No obstante, acusó que la compañía ha sido silenciada en tiempos de mayor necesidad. “Defender los valores de justicia, equidad y nuestra humanidad compartida nunca ha sido más importante, y aun así Ben & Jerry’s ha sido silenciada, marginada por miedo a molestar a quienes tienen el poder”, escribió.

La tensión entre activismo y negocio no es nueva para Unilever. Con más de 400 marcas en su portafolio, la multinacional angloholandesa ha tenido que equilibrar los compromisos sociales con sus objetivos de rentabilidad. Ben & Jerry’s, que en 2024 generó 9,300 millones de dólares en ingresos y 1,300 millones de euros de EBITDA ajustado, ha sido uno de sus casos más visibles en esa disyuntiva.

Greenfield remarcó que el proyecto original no era solo empresarial. “Amor, equidad, justicia. Son parte de lo que Ben y yo somos, y siempre han sido la verdadera base de Ben & Jerry’s”, apuntó.

Su salida plantea un reto para la identidad de la marca. “Si la compañía no podía defender las cosas en las que creíamos, entonces no valía la pena ser una compañía en absoluto”, afirmó, subrayando la importancia de que los valores prevalezcan sobre el negocio.

En su despedida, insistió en que el helado fue siempre un vehículo para algo más. “Siempre fue sobre algo más que helado; era una forma de difundir amor e invitar a otros a la lucha por la equidad, la justicia y un mundo mejor”, escribió.

El empresario cerró con un mensaje de continuidad desde fuera de la empresa. "Si no puedo llevar esos valores adelante dentro de la compañía hoy, entonces los llevaré adelante afuera, con todo el amor y la convicción que pueda”.

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