El documento añade que, entre los metales industriales, “destaca el cobre, con un incremento promedio de 6.4%, mientras que el zinc presentó una variación marginal favorable de 1.6%”.
El alza del oro y la plata respondió, en gran parte, a la mayor demanda de activos considerados seguros frente a la volatilidad global y las tensiones geopolíticas. En el caso de la plata, su uso industrial en sectores como energía solar y electrónica también reforzó los precios, mientras que el oro mantuvo su atractivo como reserva de valor.
El reporte también menciona que la plata se benefició de su condición de “activo de refugio” y de los reportes de déficit de suministro. El cobre y el zinc, aunque impactados por la desaceleración económica en China, lograron sostener precios gracias a temores de escasez: el cobre por disrupciones en algunas minas y el zinc por la limitada disponibilidad de metal refinado.
Sin embargo, el desempeño operativo no acompañó del todo el impulso en precios. La producción de oro de Peñoles disminuyó 2.9% por menores volúmenes de mineral depositado y procesado en sus minas Herradura y Fresnillo.
En cuanto a la plata, la producción trimestral cayó 14.5%, principalmente debido a la falta de procesamiento de mineral en San Julián, tras el agotamiento del yacimiento en 2024, y por reducciones en los volúmenes procesados y menores tasas de recuperación en Ciénega y Saucito.
A pesar de esta menor producción, los ingresos totales de Peñoles aumentaron 14.2%, al alcanzar 1,978 millones de dólares en el trimestre, frente a los 1,732 millones reportados un año antes.
El control de costos también contribuyó al resultado positivo: el costo de ventas subió apenas 2.5%, al pasar de 1,208 millones de dólares en 2024 a 1,239 millones este año. Este margen de eficiencia permitió que los altos precios de los metales se tradujeran en ganancias récord para la compañía, consolidando a Peñoles como uno de los principales beneficiarios del repunte minero global.