Una vez que se ha desarrollado la red local, y a fin de que el precio de los servicios no se vuelva impagable, impulsan el desarrollo de productos turísticos de diferentes precios. “Si es alguien que quiere llegar, rentar un vehículo y pagar por el hospedaje en una cantidad moderada, se puede hacer. Hay opciones extraordinarias para hacerlo pagando 100 dólares por noche”, comenta.
Otro de los puntos relevantes para el mercado nacional es que en Los Cabos existen 25 playas públicas en las que hay servicios como baños y cambiadores. “Esa es la facilidad para que el mercado pueda recorrer el destino, comerse unos tacos y meterse a la playa, y hacer un senderismo en la sierra, que no cuesta nada”, dice el director de Fiturca.
Este enfoque ha permitido que la región mantenga un flujo estable de ocupación, diversifique sus ingresos y reduzca su dependencia del viajero extranjero, sin sacrificar el estándar de lujo que la caracteriza, con inversiones en infraestructura, nuevas aperturas hoteleras y un posicionamiento que combina exclusividad con autenticidad.
Un destino de nicho
Esponda comenta que una de las ventajas de Los Cabos es que no son un destino de volumen, sino de nicho; es decir, apuestan por grupos de viajeros como los aficionados a la pesca, al golf o al wellness, lo que deriva en estadías más amplias, en las que el 80% de los visitantes sale por lo menos una vez a visitar algún restaurante local.
El director general de Fiturca comenta que el desafío ha sido desarrollar la cadena de servicios para que incluso los viajeros que llegan a un hotel de lujo salgan de los complejos a visitar otras experiencias, que es lo que aporta valor y diferenciación al destino.
“Se hizo un trabajo interno en el destino, precisamente para que la cadena de valor entendiera que donde tenemos que ser competitivos es en aportar valor al visitante con experiencias diferenciadas”, dice. “Hay que desarrollar departamentos de experiencias que se ofrecen para que el visitante que está dispuesto a pagar una cantidad en una propiedad de lujo diferencie las experiencias que puede tener en el destino”, afirma.
Algunos de los productos turísticos que han diseñado son las visitas a las ballenas, clases de cocina con chefs en granjas orgánicas, senderismo en la Sierra de La Laguna, clases de cocina o recorridos por el desierto. “Todas estas experiencias tienen que ser curadas”, declara.
Uno de los puntos que han destacado con el desarrollo de experiencias es sumar a las comunidades locales; por ejemplo, el pueblo de Santiago, que se encuentra muy cerca de Los Cabos y donde el gran atractivo es una laguna natural. Además, hay ranchos y otros prestadores de productos turísticos a quienes se capacita para mejorar las experiencias.
En Santiago, por ejemplo, se desarrolló una guía de experiencias rurales con 60 prestadores de servicios de la comunidad, con sus contactos y especializaciones, como trabajo artesanal en cuero o barro, tours de kayak en la laguna y avistamiento de aves. “Se trata de enseñarles el potencial que ellos tienen con el producto”, añade.
Un año positivo
Durante este año, Los Cabos tuvo un ajuste derivado de la reconstrucción total de las redes de conectividad que se cerraron después del Covid. “Con esto, en 2025 crecimos en flujo internacional aéreo, que es el 75% de nuestro ingreso”, dice.
Los Cabos no solo crece en conectividad. La tarifa promedio también ha tenido un incremento, al pasar de 220 dólares a 460 dólares, mientras se alista la apertura de complejos hoteleros como Park Hyatt, en un par de semanas. También hay tres campos de golf en construcción, uno de ellos de Tiger Woods.
Ahora, el destino tiene puesta la mira en algunos países de Europa, entre ellos Alemania, país que, ante la alta demanda, tiene un vuelo directo. Otros mercados con potencial para crecer son Reino Unido, España, Francia e Italia. Además, este tipo de viajeros suele tener estadías largas.
“Se quedan 12 días en un destino y se mueven dentro del destino tres días, o incluso lo combinan con la Ciudad de México y con Oaxaca, que para nosotros es muy importante que haya esa apertura”, declara Esponda.
Para el año próximo, Los Cabos tendrá su ruta 33 con Estados Unidos, que partirá desde Indianápolis, además de mantener la apuesta por los turistas canadienses, sin perder de vista el crecimiento de turistas que llegan de países de América Latina, como Panamá.
"Hemos ido diversificando, y el futuro es la diversificación. Hay mercados que tenemos en la mira; por ejemplo, llevamos tres años platicando con Emirates, que es algo que posiblemente tarde cinco años más. Hay algunas líneas aéreas en Europa que nos han dicho que, una vez que se consolide la ruta desde Alemania, están interesadas. Así que el futuro tiene que ser la diversificación", declara.