Gary Coleman, estrella de la tv en los 80, muere de hemorragia cerebral

El actor estadounidense Gary Coleman, protagonista de la comedia televisiva de los 80 Blanco y negro, murió este viernes de hemorragia cerebral, informó la publicista Janet Frank.
Coleman, de 42 años, ingresó al hospital Utah Valley Regional Medical Center el miércoles en la noche, de acuerdo con una vocera de la institución.
Fue la estrella del programa de la cadena NBC Blanco y negro, transmitido entre 1978 y 1985, que relataba la historia de dos niños adoptados por un empresario millonario y su hija.
Arnold, el personaje de Coleman, cobró fama por la frase “¿De qué hablas, Willis?”, que dirigía a su hermano mayor, interpretado por Todd Bridges.
Años después enfrentó una serie de problemas. Fue denigrado debido a su baja estatura —no creció más de 1.5 metros—, causada por la nefritis que padecía, una enfermedad de los riñones. También demandó a sus padres por los malos manejos de sus finanzas, y aunque ganó 1.3 millones de dólares tras un arreglo en 1993, tuvo que declararse en bancarrota seis años después. Ocasionalmente fue noticia por participar en peleas, apareció en algunos programas de televisión y encabezó una breve campaña por el gobierno de California.
Nació el 8 de febrero de 1968 y creció en Zion, Illinois, cerca de Chicago. De niño fue adoptado por Willie Coleman, representante de una compañía farmacéutica, y por Sue Coleman, enfermera. A los cinco años fue modelo de la empresa minorista Montgomery Ward, un trabajo al que le siguieron apariciones en comerciales para McDonald’s y Hallmark, de acuerdo con un perfil suyo publicado en 1979 por la revista People.
Consiguió el papel de Arnold en Blanco y negro, un personaje caracterizado por su humor, sus mejillas y grandes ojos.
“Gary es excepcional, y no sólo por los estándares que deben cumplir los niños. Es brillante, dulce y cariñoso. Parece incapaz de equivocarse, y eso es algo que no había visto nunca en un actor”, dijo en 1979 su compañero Conrad Bain, quien interpretaba al millonario Philip Drummond en la serie.
“Su talento —señaló su madre— debe ser la manera en la que Dios lo compensa por lo que ha vivido, y por el hecho de que nunca tendrá el tamaño físico de otros niños”. Coleman tuvo un trasplante de riñón a los cinco años y otro a los 16.
Tras la cancelación de Blanco y negro, Coleman buscó nuevos retos. “Estaba muy emocionado y buscando comenzar con el resto de mi vida”, dijo en una entrevista.
Sin embargo, después de que el programa salió del aire, el actor luchó por encontrar lugar en el negocio. Apareció ocasionalmente en shows de entretenimiento y otras comedias, pero no obtuvo trabajo regular. (Sus jóvenes coestrellas tampoco tuvieron suerte: Bridges lidió con su adicción a las drogas y Dana Plato, quien hacía a Kimberly Drummond, entró al cine porno y al delito. Murió en 1999.)
A los 18 años, se dio cuenta de que su fortuna era casi inexistente, por lo que demandó a sus padres por malos manejos financieros. Ganó el proceso, pero perdió el dinero en los honorarios del abogado y malas inversiones. En los 90 consiguió un trabajo como guardia de seguridad en un set de cine.
En 1999, después de declararse en bancarrota, sólo tenía 100 dólares en efectivo, unos miles en mercancía, un departamento que rentaba por 800 dólares al mes y una camioneta. También había sido demandado por un admirador a quien agredió.
En los últimos 10 años únicamente llegó a los medios por malas noticias: citatorios legales, mala conducta, hospitalizaciones.
En 2007 se casó con Shannon Price, de 22 años, pero el matrimonio duró menos de un año. Antes de morir, Coleman buscaba el divorcio.
Su héroe y modelo a seguir era el actor Sidney Poitier, aunque no alcanzó el sueño de ser cómo él. “Es un hombre negro inteligente —dijo Coleman en 1999, después rió—. Pero él es más alto, así que el éxito le llegó más fácil”.