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Mel Gibson, ejemplo del racismo estadounidense en el siglo XXI

Comentarios del actor estadounidense difundidos por algunos medios de comunicación, demuestran que el racismo en ese país sigue vivo
vie 16 julio 2010 03:28 PM
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Nota del editor: Las opiniones que aquí se expresan son sólo las del autor Blair Taylor, presidente y CEO de La Liga Urbana de Los Ángeles. Fue uno de los 50 principales Líderes de Poder e Influencia sin Fines de Lucro en 2009 y 2010 por Non Profit Times.

(CNN) El actor y director Mel Gibson otra vez está en problemas.

Esta vez no se trata de sus injurias en contra de judíos y mujeres frente a policías , sino un mensaje vergonzoso que al parecer dejó en la contestadora de su novia, y que quizá nunca pretendía hacerse público.

El mensaje termina cuando Gibson le dijo a su novia que su vestido era tan provocativo que " la podría violar una pandilla de negros ". La grabación, una de varias, apareció en el sitio web RadarOnline (CNN no puede confirmar la autenticidad de las cintas).

Dejemos de lado los problemas psicológicos que Gibson pueda tener, pues lo preocupante es lo que esto nos dice sobre nosotros mismos y nuestra cultura. Estados Unidos cree haber entrado a una era post-racial, e ignoramos un elemento necesario para corroborar esta conclusión: la falta de ánimo racial.

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En los últimos 40 años, nuestras leyes mitigaron las muestras de racismo, y es raro que la palabra negro sea mencionada públicamente. Una vez más, la conversación de Gibson era privada. En las instituciones estadounidenses, donde son bien conocidas las implicaciones legales, las formas de discriminación abiertas son menos frecuentes que antes. El país ha progresado, pero sería ingenuo creer que el racismo desapareció con la llegada de un afroamericano a la Casa Blanca.

La realidad es que el racismo está vivo hoy en día, aunque ha mutado a una forma más peligrosa y odiosa. De hecho, el racismo del siglo XXI suena precisamente como la grabación de Mel Gibson. Antes, una persona con estos prejuicios raciales hubiera tenido esclavos y habría hecho muestras de discriminación públicas sin castigo, pero con la combinación del miedo al castigo, de querer hacer lo que es públicamente correcto y algo de cobardía, este prejuicio se muestra a puertas cerradas.

En lugar de promulgaciones y acciones públicas que muestran a Gibson como es realmente, este hombre muestra sus creencias más personales frente a su novia. No muestra sus sentimientos negativos frente a los hombres negros, sino que lo hace de forma privada, con familiares y niños con quienes puede tener cierta influencia.

Este racismo del siglo XXI crece en nuestra sociedad y es más difícil de combatir que el del siglo XX. Los prejuiciosos interactúan de día con gente de toda índole y etnias, pero de noche odian en sus círculos privados.

Antes, al menos había cierta liberación en poder identificar a los verdaderos racistas; espero que esto no se malinterprete, porque no quiero regresar a los días en los que afro-americanos como Emmett Till murieron porque vieron a alguien en la calle. Aún así, hoy hay muchos de nosotros que preferiríamos que alguien nos discriminara de frente a que nos sonriera en la calle con hipocresía.

Lo que pretendo es que sepamos que el racismo sigue vivo entre nosotros y no podemos luchar contra un problema si no aceptamos su existencia. Lo que es más importante, debemos darnos cuenta de que la era moderna de relaciones interraciales en Estados Unidos debería crear una serie de estrategias nuevas y enfoques incluyentes que luchen contra las distintas manifestaciones de los prejuicios.

Las tácticas empleadas en el siglo XX no funcionan ahora. El uso de las armas no puede tener éxito contra los terroristas determinados que se inmiscuyen en la población civil. Por analogía, debemos entender la profunda metamorfosis del racismo en Estados Unidos y crear una nueva arma para combatirlo.

Esta realidad tiene implicaciones prácticas y políticas: así como debemos convencer a la gente en Afganistán de las virtudes de la sociedad libre y terminar con el terrorismo, debemos enfocarnos en convencer a la próxima generación de estadounidenses que la diversidad es un gran activo que debe ser apreciado, no un pasivo al que debemos temer.

Se necesitan discusiones y diálogos abiertos sobre cuestiones raciales,  inculcados desde las escuelas y las organizaciones. Al apoyarnos en la fortaleza de la diversidad de nuestro país, o al no hacerlo, las implicaciones no sólo serán en la justicia social y en la paz interna, sino en el elemento que mejor define la estatura global de Estados Unidos.

 las grabaciones Mel Gibson refleja un pensamiento racista ofensivo
Blair Taylor considera que estos comentarios deben alertarno sobre una hostilidad racial en Estados Unidos en el siglo XXI
Las leyes, la presión social  terminaron con las expresiones racistas abiertas, pero continuaron en el ámbito privado
La sociedad debe presionar con fuerza en contra del racismo en la educación de las próximas generaciones

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