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Ray Bradbury, la leyenda de la ciencia ficción, habla de Dios

El legendario escritor de ciencia ficción habla de Dios, monstruos y ángeles en las vísperas de su aniversario número 90
mié 04 agosto 2010 10:12 AM
El escritor Ray Bradbury, próximo a cumplir 90 años
GET. Bradbury El escritor Ray Bradbury, próximo a cumplir 90 años

Ray Bradbury vive en un laberíntico hogar en Los Ángeles, lleno de dinosaurios de peluche, un robot de lata que empuja un carrito de helados y otros muñecos que reposan en sus muebles.

El autor de ciencia ficción de 89 años de edad ve noticias de día y películas de noche. Pasa el resto del tiempo llamando a los “monstruos y ángeles” de su imaginación. Su imaginación ha creado libros clásicos como Fahrenheit 451, Crónicas Marcianas y 600 cuentos cortos que predicen desde el surgimiento de los cajeros automáticos hasta persecuciones de autos.

Bradbury, que cumplirá 90 años este mes, dice que en ocasiones abre uno de sus libros por las noches y agradece a Dios. “Me siento a llorarle porque yo no hice nada de esto, es algo que me dio Dios y le estoy muy agradecido por eso. La mejor descripción de mi carrera es ‘una obra en la viña del Señor’”, dijo el escritor a su amigo y biógrafo.

Sus historias están llenas de referencias a Dios y a la fe, pero había hablado poco sobre sus creencias religiosas, hasta ahora.

‘La felicidad es la gracia de Dios’

Se describe a sí mismo como “religioso delicatessen”; está inspirado tanto por religiones orientales como occidentales. Pero el centro de su fe es el amor. Todo, desde la razón por la que decidió escribir su primer cuento corto a los 12 años, su matrimonio de 56 años con su musa y difunta esposa, Maggie, y su amistad con todos, desde Walt Disney hasta Alfred Hitchcock, está basado en el amor.

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Bradbury está enamorado del amor.

Una vez, cuando vio a Walt Disney comprando en Los Ángeles, Bradbury se le acercó y le dijo: “Sr. Disney, soy Ray Bradbury y yo lo amo”.

Su evangelio favorito de la Biblia es el Evangelio según Juan, lleno de referencias al amor. “En el centro de la religión se encuentra el amor”, dijo Bradbury desde su hogar pintado de amarillo en honor a su libro favorito: El vino del estío (Dandelion wine).

“Te amo y te perdono. Soy como tú y tú eres como yo. Amo a la gente, al mundo, amo la creación. Todo en nuestra vida debería estar basado en el amor”. Ahora Bradbury se encuentra en silla de ruedas y su oído se ha deteriorado, pero habla con la emoción de un niño en la voz de un anciano. Cada navidad pedía a su esposa que le regalara juguetes en vez de cualquier otra cosa.

Weller, autor de Escucha los ecos: entrevistas con Ray Bradbury, dice que el autor termina muchas conversaciones diciendo “Dios te bendiga”. Su libro dedica un capítulo entero a la fe de Bradbury. “En una ocasión le pregunté si rezaba, y me respondió que ‘la felicidad es la gracia de Dios’, dijo Weller.

Bradbury fue criado como bautista en Waukegan, Illinois, por su padre, un guardavía, y su madre, ama de casa. Ninguno asistía con frecuencia a la iglesia. Su familia se mudó a Los Ángeles durante la Gran Depresión en busca de trabajo. A sus 14 años, Bradbury comenzó a visitar iglesias católicas, sinagogas y templos carismáticos para descubrir su propia fe.

Ha sido llamado unitario, pero rechaza el término, pues no le gusta ser etiquetado. “En todo caso me describiría como budista zen”, dijo. “No pienso en lo que hago, sino que lo hago. Eso es el budismo, salto de la colina y abro mis alas mientras voy cayendo”.

Ejemplos de fe en las historias de Bradbury

Bradbury comenzó a escribir en revistas de papel como Weird Tales y Thrilling Wonder Stories al principio de su carrera, pero después, la fe se convirtió en un tema importante. Su cuento de 1949, El hombre, cuenta la historia de la tripulación de un cohete que aterrizó en Marte, sólo para que una figura que se asemejaba a Cristo les quitara la emoción porque había llegado horas antes.

En otras historias como Bless Me, Father, For I Have Sinned, sacerdotes y otras personas buscan su camino a la redención. Las alusiones a la cristiandad son comunes en sus cuentos, pero él no se define como cristiano, sino que considera a Jesús un profeta sabio, al igual que Buda y Confucio. “Jesús es una persona sorprendente: quería volverse Cristo y lo hizo”.

Weller, también autor de Las crónicas de Bradbury: la vida de Ray Bradbury, dice que su antena religiosa va más acorde con la cristiandad. “Habla de Jesús pero no se considera cristiano”, dijo Weller, y agregó que Bradbury dice que la fe es necesaria, pero debería aceptar el hecho de que cuando se trata de Dios, nadie sabe nada.

El reverendo Calvin Miller, autor de las novelas del Nuevo Testamento The Singer Trilogy, ve optimismo en las historias de Bradbury, pues reflejan la creencia judeocristiana de que habrá un “nuevo paraíso y una nueva Tierra” algún día.

Miller escribió un ensayo sobre el positivismo cristiano de Bradbury, llamado La esperanza en época de duda, publicado en Christianity Today, una revista evangélica. Después de la publicación del artículo, Bradbury le envió notas de agradecimiento.

Miller dice que la navidad siguiente, el reverendo recibió algo más de Bradbury: “cada navidad le enviaba una tarjeta; creo que las implicaciones del artículo significaron mucho para él”.

¿Nuestros viajes al espacio destruirán nuestra creencia en Dios?

Las implicaciones religiosas de los viajes al espacio también significan mucho para Bradbury, quien ha apoyado la exploración espacial. “Ascender a los cielos no destruirá a Dios; reforzará las creencias”, dijo.

“Cada vez nos acercamos más a Dios. Nos acercamos a más pruebas de su creación de otros mundos en otras partes del universo. Los viajes al espacio aumentarán nuestra creencia en Dios”, dijo.

Mientras se acerca al final de su viaje, Bradbury sigue llamando a sus monstruos y ángeles. Su último libro, Summer Morning, Summer Night, llegó a las librerías el mes pasado, pero muchos de sus amigos ya no están para leerlo.

“Mi agenda telefónica es una lista de muertos”, dijo Bradbury a Weller en su libro de entrevistas. “Estoy tan viejo, casi todos mis amigos están muertos y no tengo el valor para borrarlos de mi agenda”.

A Bradbury también le preocupa algo más allá de su propia mortalidad: la supervivencia humana. Los viajes al espacio y la religión tienen el mismo objetivo: la inmortalidad, dice Bradbury. Si la humanidad sigue en la Tierra, está condenada porque algún día el sol va a explotar o agotarse.

Todos, no sólo los personajes de su historia, deben explorar las estrellas en algún momento, dijo. “Debemos entrar al universo. La humanidad debe salvarse y debemos escapar de los peligros de la guerra y la política. Debemos convertirnos en astronautas y salir al universo y descubrir a Dios en nosotros mismos”.

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