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'Biutiful' y González Iñárritu, el reflejo del sufrimiento humano

Los personajes de Iñárritu tocan el fondo emocional para encontrar el sentido de su vida; así es 'Biutiful' su nueva obra
lun 18 octubre 2010 04:30 PM
crita
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Hay algo biutiful en la obra de Alejandro González Iñárritu: es un director que encuentra en el cine una forma de redención humana . Sus personajes tocan fondo emocional ―desde un vagabundo que busca el amor de su hija, a un padre que quiere proteger el futuro de sus hijos―, para encontrar el sentido de su vida.

En su nueva película, Biutiful, Iñárritu ha logrado romper con estereotipos, y con moldes que lo tenían enfrascado: ya no es el director de las historias fragmentadas, ahora ha enfocado su visión en retratar la historia de un hombre, Uxbal (una de las la mejores actuaciones de Bardem) durante sus últimos días de vida. También ha dejado de ser un trotamundos que encontró en distintas latitudes del mundo, su fuente de inspiración.

Ahora, Barcelona es el lugar donde su imaginación ha tomado su propio curso. Pero no es la Barcelona de Gaudí, sino una versión que no conocíamos: la de los arrabales donde, como una Torre de Babel, diferentes lenguas y culturas se mezclan sin permiso.

En una entrevista realizada marco del 8° Festival Internacional de Morelia donde presentó el filme, el director contó sobre la dificultad que fue escribir un guión lineal, la forma en que el mundo se ha globalizado a través de la migración y la importancia que tiene para él, que su cinta sea considerada para una posible nominación al Oscar

El sufrimiento humano, el ingrediente principal

No es un capricho que González Iñárritu escarba en la inmundicia, en los laberintos traumáticos y deseos frustrados de sus personajes. El cineasta mexicana le da a esos ingredientes una forma artística en la que una persona exime de su pasado y encuentra la redención a través de los ojos del espectador.

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Así es en Biutiful, donde El Negro juega con la moral inculcada del espectador, y la simpatía maquiavélica que genera el personaje que encarna Bardem, un padre de dos niños cuya forma de sobrevivir es a través de una red de contrabando, tanto de cosas materiales como de personas.

Pero algo a destacar de Uxbal, un padre devoto que busca proteger a sus hijos, es su don para hablar con los muertos, quienes a veces lo llegan a visitar a su casa en forma de espectros que cuelgan silenciosamente del techo.

Una mañana se de cuenta que orina sangre y el doctor da el fatídico diagnóstico: tiene pocos días de vida

La actuación entrañable y soberbia de Javier Bardem, que le mereció el reconocimiento en el Festival de Cannes , es la fortaleza de esta cinta. Su mirada taciturna, su forma de caminar mientras agacha la mirada y la sonrisa acogedora mientras cuida a sus hijos, son pequeños alfileres sentimentales que se incrustan en nuestra piel.

González Iñárritu ve en su Uxbal un símil a esta nueva fase en su carrera: un hombre que tiene que lidiar con los fantasmas de su pasado exitoso colgando sobre su cabeza, y los ha ignorado para renacer como un director que carga por primera vez, con todo el peso creativo de una película.

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