Una lectura íntima entre los herederos de Nezahualcóyotl en la FIL
Existían en tierras mesoamericanas antes de que llegara el castellano, aunque al oído mexicano suena extraño, a extranjero.
Son las 68 lenguas indígenas de nuestro país, con sus 364 variantes, que no sólo han sobrevivido a siglos de dominación y en algunos casos de extermino. Estas lenguas suenan vivas, han trascendido a través de la literatura y ahora están representadas en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara .
Cinco de sus más destacados representantes se reunieron este jueves en el Encuentro Internacional de Escritores en Lenguas Indígenas para leer extractos de sus obras escritas en prosa y poesía ante un auditorio pequeño, de unas 60 personas.
Relatos bañados de consejos ancestrales, poseía que refleja el eterno romance y profundo respeto de los indígenas hacia la naturaleza, el lenguaje entre los animales y estos grupos, son sólo parte de las historias ahí contadas.
Javier Castellano, premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas 2002, galardonado por su novela, Relación de hazañas del hijo del relámpago, leyó un extracto de otra de sus obras más conocidas, Cantares de los vientos primerizos, que le ha valido grandes elogios de la crítica.
Las lenguas indígenas y el castellanos, trenzados por relatos que los autores compartían en su lengua original y luego en español.
Participaron también de esta lectura colectiva, el poeta mazateco, Juan Gregorio Regino; Martín Rodríguez Arellano, mixe de Oaxaca; el poeta maya, Joel Torres narrador purépecha y Jorge Miguel Cocom.
Los pueblos prehispánicos ya escribían relatos y poesías. El rey de Texcoco, Nezahualcóyotl, escribió al menos 30 poemas, según documentan los historiadores.
Pese a su carácter de milenaria, la producción literaria en lenguas indígenas es escasa, un ejemplo claro es su presencia en la FIL, no más del 1%, calcula Donald Frischmann, investigador y catedrático de la Universidad Católica de Texas.
La literatura indígena en la industria editorial es reciente, según el investigador, quien calcula que fue hace aproximadamente 25 años cuando se empezaron a editar las primeras obras que empleaban ya recursos estilísticos.
"Lo que ha sido difícil es la edición y publicación de las obras, se editan tirajes muy limitados o no trascienden", agregó.
Un libro en lengua indígena es muy difícil que supere los 1,000 ejemplares, mientras que en promedio un libro en castellano alcanza hasta los 10,000 o más cuando se trata de escritores comerciales, explica.
¿Por qué no hay apoyo a la literatura indígena? "Existen todavía esos prejuicios ancestrales de que las lenguas indígenas valen menos y no hay que apoyarlas, por otra parte los mismo escritores están en una etapa de superación, hay mucho desnivel en los cuerpos literarios, algunos utilizan finísimos recursos y otros sólo plasman en relatos de lo que les escucharon a sus abuelos", dijo.